Caracas.— La campaña para las elecciones presidenciales del 20 de mayo en Venezuela comenzó ayer sin grandes despliegues y con el reiterado llamado a la abstención por parte de la mayoría de la oposición, que no acude a estos comicios.

El presidente Nicolás Maduro, ex conductor de autobús de 55 años, buscará la reelección sin rivales de peso y prometiendo “prosperidad” cuando el país atraviesa por una de los peores crisis que ha padecido.

“No voy a votar. Es más de lo mismo. Esperaremos que llegue un milagro y nos saque de este desespero. No veo otra salida”, dijo a AFP el electricista William Flores, ex chavista pero que tampoco milita en la oposición.

El país petrolero encara una hiperinflación de 13 mil 864%, según calcula el FMI para 2018. La falta de alimentos y medicinas agobia a los venezolanos y cientos de miles han emigrado, huyendo de la crisis.

Aún así, una reelección parece muy probable. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está dividida y decidió no ir a los comicios, alegando que faltan garantías y las elecciones son una “farsa” para perpetuar a Maduro en el poder.

A contracorriente, el opositor disidente del chavismo Henri Falcón, un militar retirado de 56 años, decidió enfrentar a Maduro en solitario y a los llamados de abstención de la MUD.

La encuestadora Datanálisis da un empate técnico entre ambos, la firma Delphos señala a Maduro favorito con 42% frente a 30% de Falcón entre quienes están seguros de votar, e Hinterlaces otorga un cómodo 52% al presidente contra 22% de su rival.

Falcón finca su optimismo en sondeos que reflejan un 75% de reprobación al gobierno.

“O acabamos con Maduro o Maduro acaba con Venezuela”, sostiene.

Sin embargo, los venezolanos no están del todo convencidos.

Josefina Romero, docente de 41 años, asegura que no votará porque “la trampa está montada para que Maduro gane”. Pero Carolina Duarte, de 43, cree que “hay que salir a votar contra el gobierno, aunque haya decepción”.

Una icógnita es lo que hará la comunidad internacional tras las elecciones. La Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Panamá aprobaron sanciones, y otros gobiernos de América Latina arreciaron las críticas porque creen que no habrá comicios libres. Al respecto Maduro dice que eso “No nos importa para nada”.

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