El Pentágono se retractó de su defensa de un ataque con drones que mató a varios civiles en el mes pasado, y anunció el viernes que una revisión interna reveló que sólo civiles murieron en la acción, no un extremista del Estado Islámico (EI) como se creía al principio.

El jefe de Comando Central, el general Frank McKenzie, dijo que la acción del 29 de agosto mató civiles inocentes, no extremistas:

"Nuestra investigación ahora concluye que el ataque fue un error trágico", declaró. Detalló que fallecieron 10 civiles, incluidos hasta siete niños.

El ejército estadounidense "explora opciones" para indemnizar a los familiares sobrevivientes, se reportó.

Durante días después del hecho, los funcionarios del Pentágono afirmaron que se había llevado a cabo correctamente, a pesar de la muerte de numerosos civiles, incluidos niños.

Más tarde, se plantearon dudas sobre esa versión de los hechos, informando que el conductor del vehículo objetivo era un empleado de una organización humanitaria estadounidense desde hace mucho tiempo y citando la ausencia de pruebas para respaldar la afirmación del Departamento de Defensa de que el vehículo contenía explosivos.

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lsm

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