Jartum.— Al menos 11 personas murieron ayer durante el primer día de campaña de desobediencia civil convocada por la oposición contra el poder militar, luego de la sangrienta represión de la sentada frente a la sede del ejército el 3 de junio.

El subsecretario del Ministerio, Suleman Abdul Yabar, informó de este balance en declaraciones a la agencia de noticias turca Anatolia y dijo que los manifestantes portaban cuchillos y otras armas ligeras.

“Instamos a los ciudadanos a no escuchar los rumores y confiar en las autoridades, que están haciendo lo mejor para lograr la estabilidad y seguridad en la capital, Jartum”, agregó. La capital permaneció luego de los disturbios vacía, debido a la huelga para exigir a la junta militar que entregue el poder a los civiles.

Desde temprano, con neumáticos, ladrillos o troncos de árboles, los manifestantes empezaron a construir retenes en las calles de Bahri, barrio del norte de la capital. Pero rápidamente los policías antidisturbios intervinieron y trataron de dispersarlos con tiros al aire y disparos de gases lacrimógenos.

“Casi todas las vías de Bahri tienen retenes. Los manifestantes impiden a los habitantes ir al trabajo”, afirmó un testigo a la AFP.

La Asociación de Profesionales Sudaneses (SPA), que lidera las protestas, denunció que la administración cerró varios hospitales públicos y privados, una medida que ha generado una “situación catastrófica”. La SPA había excluido al personal sanitario de la convocatoria para evitar precisamente problemas de desatención.

Sin embargo, Abdul Yabar negó que haya hospitales en cierre forzoso, aunque aclaró que hay personal médico que ha sido atacado por individuos no identificados. “La reacción a la desobediencia civil tuvo una respuesta que ha superado 90%”, dijo Mohamed Ziauddin, portavoz de la coalición opositora Fuerzas de Consenso Nacional.

La oposición sudanesa denunció que decenas de simpatizantes fueron detenidos, entre los que se encuentran funcionarios de la autoridad aeroportuaria y del Banco Central de Sudán.

Los detenidos se habían visto horas antes con el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, quien se había ofrecido como mediador entre los grupos civiles y la junta militar para alcanzar un acuerdo, a fin de formar un gobierno de militares y civiles, que encamine a nuevas elecciones.

“Nuestra firme posición es que no sucumbiremos a la intimidación de las milicias del aparato de seguridad, a la junta militar y a sus brigadas en la sombra. No podemos disfrutar de una vida decente bajo la tiranía de las milicias”, manifestó la SPA en una nota publicada en Twitter.

Con los 11 muertos ayer, la cifra de fallecidos asciende ya a 125 desde que el pasado lunes unidades militares asaltaron con el campamento civil establecido en la capital. “La oposición continuará con la desobediencia y la huelga hasta que la junta militar se rinda y entregue el poder a los civiles, esa es la única manera de que finalice”, dijo Ziauddin.

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