Washington.— El futuro de la presidencia de Donald Trump está en manos del Senado, donde será sometido a juicio político después de que anoche la Cámara de Representantes de Estados Unidos lo acusara formalmente de abuso de poder y obstrucción.
La división partidista llegó así a su clímax, junto con la tensión política en un país que en 2020 tendrá comicios presidenciales, en los que Trump busca la reelección. El republicano se convierte en el tercer presidente en la historia de EU en ser sometido a juicio político.
El pleno de la Cámara Baja, de 435 miembros y donde los demócratas tienen mayoría, se reunió ayer para votar los dos artículos aprobados contra Trump: abuso de poder y obstrucción del Congreso. El primer cargo se aprobó por 230 votos a favor y 197 en contra; el segundo, por 229 contra 198.

Como se esperaba, los republicanos cerraron filas en torno a Trump y votaron en contra de los dos artículos. En el caso de los demócratas, dos: Jeff Van Drew, de Nueva Jersey, y Collin Peterson, de Mi- nnesota, votaron no al primero y se les sumó Jared Golden, de Maine, para rechazar el segundo cargo.
La aspirante presidencial demócrata Tulsi Gabbard votó “presente” en ambos casos. Es decir, ni a favor ni en contra, al argumentar que si bien las acciones de Trump merecen ser enjuiciadas, no podía votar sí cuando se trató de una cuestión partidista.
El representante conservador de Michigan, Justin Amash, quien dejó el Partido Republicano para convertirse en independiente, votó a favor del juicio político contra Trump por ambos cargos.
El escándalo que derivó en esta votación histórica se desató cuando un denunciante anónimo se quejó de una llamada realizada el 25 de julio entre Trump y el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, en la que el primero pidió al segundo investigar por presuntos actos de corrupción al exvicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter, quien tenía negocios en aquel país.
Joe Biden es uno de los favoritos para conseguir la nominación demócrata a las presidenciales del año próximo.
Los demócratas de la Cámara de Representantes abrieron una investigación con miras a un juicio político contra Trump el 24 de septiembre, tras enterarse del contenido de la conversación. Afirman que el magnate republicano abusó de su poder con fines de beneficio personal y que presionó al gobierno de Ucrania al condicionar una ayuda militar de unos 400 millones de dólares al anuncio de las pesquisas.
La acusación de obstrucción tiene que ver con la prohibición del mandatario para que sus asesores, testigos de dicha llamada, declararan durante las investigaciones que se realizaron en la Cámara Baja.
Trump enfrentará ahora el juicio en el Senado, donde se necesitan dos tercios de votos a favor (67) para removerlo del cargo. Es poco probable que esto ocurra, porque en la Cámara Alta sus aliados republicanos detentan 53 de los 100 escaños. Se prevé que el proceso arranque en enero, tras el receso navideño en que entra el Congreso.
Antes que el actual mandatario, Bill Clinton (1993-2001) y Andrew Johnson (1865-1869) fueron sometidos a juicios políticos, y exonerados en la Cámara Alta. El republicano Richard Nixon, involucrado en el escándalo Watergate, prefirió renunciar en 1974 antes de sufrir este escarnio.
Para este jueves se llamó a sesión a las 09:00 horas para que la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, designe a los “gerentes del impeachment”: miembros de la misma Cámara que actuarán en gran medida como fiscales y presentarán las conclusiones de la investigación de la Cámara sobre el proceso al Senado.
Trump reaccionó furioso a la decisión y acusó a los demócratas de actuar “consumidos por el odio” y de “intentar anular los votos de 10 millones de patriotas estadounidenses”. En un mitin en Battle Creek, Michigan, dijo que “a través de sus acciones depravadas de hoy, los locos demócratas de Nancy Pelosi se han señalado con una marca eterna de vergüenza” y están cometiendo un “suicidio político”.
La Casa Blanca aseguró que lo ocurrido ayer “es uno de los episodios políticos más vergonzosos en la historia de nuestra nación”.
Pelosi se declaró “orgullosa” de la “valentía” que mostraron los demócratas no sólo en la votación, sino en las más de siete horas que se alargó el debate previo, en el que en todo momento llamó a evitar las rechiflas o gestos triunfalistas. Una votación que, añadió, se hizo para “defender nuestra democracia y nuestra república”. Sobre cuándo se enviarán los artículos al Senado, Pelosi dijo que los demócratas tomarán la decisión “como grupo”. “Hasta ahora no hemos visto nada que nos parezca justo [en el Senado], así que espero que sea justo”.
Biden tuiteó que con la votación se demuestra que “nadie está por encima de la ley”. Bernie Sanders, otro de los punteros, insistió en que Trump es “el presidente más corrupto de nuestra historia”.