Addis Abeba.— La incertidumbre por la seguridad aeronáutica de la firma Boeing crece en la aerolíneas del mundo, luego de que por segunda ocasión en menos de seis meses un 737 Max-8 se estrellara el domingo en Etiopía, minutos después de despegar, terminando con la vida de 157 personas, incluyendo una mexicana que trabajaba para la ONU.

Los 157 pasajeros y miembros de la tripulación del Boeing 737 Max-8, operado por la compañía Ethiopian Airlines, perdieron la vida cuando el avión en el que viajaban rumbo a Nairobi se estrelló. El mismo modelo de aeronave se estrelló en Indonesia en octubre del año pasado, cobrándose la vida de 189 personas poco antes de despegar de Yakarta.

Ante esto, Ethiopian Airlines anunció que decidió mantener su flota de aviones de ese tipo en tierra. China Mongolia e Indonesia ordenaron a las aerolíneas suspender las operaciones comerciales de sus 737 Max-8 hasta que Estados Unidos y Boeing confirmen las medidas tomadas para garantizar efectivamente la seguridad de los vuelos.

Por su parte, Aeroméxico expreso en un comunicado que decidió suspender temporalmente la operación de sus seis equipos 737 Max-8, “en tanto se cuente con información contundente sobre las investigaciones del lamentable accidente del vuelo ET302”. Estos aviones se utilizaban para volar hacia destinos como Lima, Bogotá y Monterrey.

La aerolínea mexicana enfatizó su confianza en la flota que adquirió y que ha operado a lo largo de un año “ de manera segura, confiable y eficiente”, y dijo que está en comunicación con el fabricante y autoridades aeronáuticas. “Los vuelos que se operaban con estos aviones serán cubiertos con el resto de la flota”, precisó.

La aerolínea brasileña Gol también suspendió sus operaciones con este tipo de aparatos. Singapur ordenó lo propio a todas las aerolíneas que los usan. Las acciones de Boeing se desplomaron 7% en Nueva York ante los anuncios. La compañía había aceptado pedidos de más de 5 mil unidades del aparato, que reduce el consumo de combustible, y que entraron en servicio hace menos de dos años.

En medio de lo que podría ser el principio de una crisis, la Administración Federal de Aviación (FAA) en Estados Unidos se declaró lista para tomar medidas “inmediatas y apropiadas” si detecta que existe en los Boeing 737 Max-8 “un problema que afecta a la seguridad”, y dio a Boeing hasta finales de abril para hacer mejoras en su sistema de control y maniobra.

En tanto, la televisión estatal etíope informó del descubrimiento de la caja negra, que incluye las grabaciones de voz de la cabina y datos digitales de vuelo, lo que debería arrojar luz sobre la causa de la tragedia.

Lo único que se conoce por declaraciones del director ejecutivo de Ethiopian Airlines, Tewolde GebreMariam, es que “el piloto mencionó que tenía dificultades y que quería regresar. Se le dio permiso para dar la vuelta”. Las condiciones climáticas en la capital de Etiopía eran buenas en el momento del vuelo, dijo.

“Me embarcaría en aviones de este tipo”. La falta de claridad sobre lo ocurrido ha permitido que Canadá y Argentina, además de empresas de aviación como la irlandesa Ryanair y la canadiense West Jet, mantengan a los Boeing en el aire, debido a que no desean tomar medidas anticipadas antes de que se concluyan los peritajes. Así lo detalló el ministro de Transporte de Canadá, Marc Garneau, quien declaró en rueda de prensa en Montreal que no quiere “sacar conclusiones apresuradas”, tras los dos accidentes mortales de los 737.

Garneau afirmó que está en contacto con la secretaria de Transporte de Estados Unidos, Elaine Chao, y que el Consejo del Transporte de Canadá mantiene consultas con sus colegas estadounidenses de la Autoridad Federal de Aviación para determinar la causas del siniestro. Por tanto, dijo Garneau, “sin ningún temor, me embarcaría en un avión de este tipo en estos momentos. Este avión tiene millones de millas de vuelo”.

En Argentina, la estatal Aerolíneas Argentinas, única empresa en el país que opera con esos aviones, que totalizan cinco y se utilizan para vuelos regionales, decidió inmovilizar sus ejemplares, después de que la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) ordenó a sus afiliados no volarlos. “Esperábamos que esta mañana [ayer], en forma preventiva, los aviones estuvieran en tierra... Pasaron 12 horas y no nos contestaron. No podemos permitir que sigan despegando los aviones hasta que no tengamos claro lo que está sucediendo”, dijo Pablo Biró, secretario general de la APLA. Con información de Sara Cantera

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