Managua.— La oposición de Nicaragua puso en duda la continuidad de las negociaciones con el gobierno de Daniel Ortega para buscar una salida pacífica a la crisis en el país, tras una jornada en la que la policía arremetió con violencia para impedir una protesta.
“Creemos que acciones como esa no contribuyen al proceso de negociación y ponen bajo riesgo cualquier intento de encontrar una salida negociada a la crisis del país”, dijo a la AFP el delegado de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y Democracia (ACJD), Max Jérez.
La acción de la policía, que el sábado pasado también impidió violentamente una marcha y arrestó a unas 164 personas, que luego liberó, fue rechazada por distintos sectores dentro y fuera del país.
El gobierno no se pronunció sobre los incidentes, excepto a través de un comunicado de la policía, en el que dijo que “pese a las advertencias” sobre una actividad no autorizada, salieron grupos de personas que violentaron el orden público.
El bloque opositor analizaba la posición que asumirá para la continuidad de las negociaciones. Aunque con algunos matices, sus miembros creen que el diálogo es la única salida a la grave crisis que afecta a Nicaragua, uno de los países más pobres de Latinoamérica.
El presidente Daniel Ortega, (73 años) gobierna desde 2007 y enfrenta desde hace 11 meses la peor crisis detonada por movilizaciones, que dejaron 325 muertos, más de 700 presos y miles de exiliados.
El gobierno liberó el viernes a 50 detenidos, tras una promesa de liberar a un “núcleo apreciable” de reos. Otros 100 presos fueron puestos bajo arresto domiciliar antes del inicio del diálogo.
Ortega “esta poniendo una lápida a la negociación que él mismo había convocado”, declaró el jefe de la delegación opositora, Carlos Tunnerman. La forma en que se impidió la protesta es una muestra que “no existe voluntad” del gobierno de Nicaragua para resolver, agregó.
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