Washington.— La búsqueda de menores migrantes separados de sus padres por el gobierno estadounidense es un calvario, según abogados que se esfuerzan en reunificar a las familias, mientras el presidente Donald Trump defiende su política diciendo que la separación de los migrantes es temporal, mientras que la de los padres que han perdido a sus hijos a manos de “inmigrantes criminales” es permanente.

Tras la orden ejecutiva que firmó Trump el miércoles para poner fin a la separación de menores migrantes de sus padres, en el terreno reina la confusión. Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la suerte de más de 2 mil 300 niños que, según cifras oficiales, fueron alejados de sus padres a raíz de la aplicación de la política de “Tolerancia Cero”, por la que los adultos que entran ilegalmente a Estados Unidos son procesados penalmente y no pueden quedarse con los menores, que por ley no pueden estar en prisiones federales.

Abogados migratorios se quejan de que el gobierno no tiene planes para la reunificación de las familias y que trabajan como “detectives privados”, para unir a padres con sus hijos, una tarea que comparan con hallar una aguja en un pajar.

Michelle Brané, directora de derechos de los inmigrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas, relató las dificultades para conectar padres e hijos cuando éstos son pequeños. A veces no saben sus nombres completos y sólo son registrados con sus apodos. Hubo un caso de una niña registrada como una menor de dos años, que usaba pañales. Hablabla quiché, una lengua maya, y nadie entendía lo que decía. Tras mucho trabajo, Brané halló que tenía en realidad cuatro años, no dos, su nombre era otro y su tía estaba detenida “en el mismo centro, encerrada en otra jaula”. Otros niños son registrados como menores no acompañados, cuando en realidad sí cruzaron la frontera con al menos alguno de sus padres y fueron separados por las autoridades migratorias.

Los casos no datan sólo del inicio de la política de “Tolerancia Cero”, en abril pasado, sino desde que comenzó la administración Trump. Un ejemplo de este drama fue el caso de la salvadoreña Olivia Cáceres, a quien le tomó 85 días recuperar a su bebé, arrancado de los brazos de su padre en la frontera con EU en noviembre pasado. Mateo, de 20 meses de edad, fue devuelto a Olivia apenas en febrero, pero sucio y aterrorizado de la oscuridad, y sólo tras una larga batalla que comenzó por no saber adónde se habían llevado a su hijo. Finalmente lo encontró en un albergue a nombre de International Educational Services (IES), que cerró sus centros en marzo y que es señalado por distintas violaciones, incluyendo administración indebida de documentos.

Jodi Goodwin, abogada en Harling-ton, Texas, dijo al diario The Washing-ton Post que conocía decenas de casos similares y, hasta el momento, no ha podido ubicar a ninguno de los niños. “Es un laberinto total”, aseguró.

La organización Texas Civil Rights Project, que representa a más de 300 padres separados de sus hijos, dijo que sólo ha podido localizar a dos.

Pero Trump defendió sus políticas y ayer dio una conferencia a la que invitó a una docena de padres de familia cuyos hijos fueron presuntamente asesinados por indocumentados. “Estos son ciudadanos estadounidenses separados permanentemente de sus seres queridos”, dijo Trump, haciendo énfasis en la palabra “separación” y subrayando que, para él, son los estadounidenses las verdaderas víctimas de la inmigración. “No están separados por un día o dos días, están permanentemente separados”, insistió, aludiendo a la separación temporal de los padres migrantes de sus hijos.

“Estas son las familias que ignoran los medios informativos no hablan de ellas, muy injusto”, insistió, relacionando una vez más la migración con el crimen, cuando todos los estudios y análisis lo desmienten. Horas antes, Trump insistió, vía Twitter, en sus críticas a las leyes migratorias de EU, que tachó de las “más débiles e ineficaces”, y las contrastó con las mexicanas, que describió como “muy fuertes”. Y agregó: “Hablaremos con México”.

Sobre los proyectos migratorios que evalúan los republicanos, dijo que deberían dejar de “perder el tiempo” y esperar a que pasen las legislativas de noviembre, cuando espera el partido logre más escaños y pueda sacar adelante una ley que él pueda aprobar.

En tanto, un funcionario afirmó que la Armada de EU elabora planes para alojar hasta a 25 mil migrantes en sus bases, a un costo estimado de 233 millones de dólares en seis meses, en caso de necesidad.

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