Bruselas.— Al borde de un Brexit sin acuerdo, Reino Unido y la Unión Europea acordaron continuar las conversaciones comerciales, aunque ambos minimizaron las posibilidades de éxito.

El primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abandonaron un plazo autoimpuesto y prometieron “hacer un esfuerzo adicional” para cerrar un acuerdo comercial posterior al Brexit que evitaría el caos y costos comerciales a partir de Año Nuevo.

“Donde hay vida, hay esperanza”, dijo Johnson, ofreciendo una especie de justificación para continuar con las conversaciones que han zozobrado durante la mayor parte del año y deben terminar antes del 1 de enero, cuando termina el periodo de transición para Reino Unido, que se divorció de la UE en enero.

Con cientos de miles de empleos y decenas de miles de millones en comercio en juego, Von der Leyen dijo después de su llamada telefónica con Johnson que “ambos creemos que es responsable en este momento hacer un esfuerzo adicional”. Todo ello, añadió, “a pesar del agotamiento tras casi un año de negociaciones ya pesar de que se han incumplido una y otra vez los plazos”.

A menos de tres semanas para la ruptura definitiva con la UE, hay aspectos clave sin resolver sobre la relación futura entre el bloque de 27 países y Reino Unidos. El 1 de enero de 2021, el Brexit se hará realidad. El día de Año Nuevo traerá enormes cambios con o sin acuerdo. Ni personas ni mercancías podrán seguir moviéndose sin restricciones entre Reino Unido y sus vecinos del bloque.

Los exportadores e importadores afrontarán declaraciones aduaneras, comprobaciones de mercancías y otras trabas. Los ciudadanos de la UE ya no podrán vivir y trabajar en Reino Unido sin visa —aunque eso no afecta a los más de 3 millones que ya están allí— y los británicos ya no podrán trabajar o retirarse automáticamente en la UE.

Aún quedan cuestiones sin resolver en temas grandes como la cooperación de seguridad o el acceso al mercado de la UE para el enorme sector británico de servicios financieros. Sin acuerdo, Reino Unido comerciará con el bloque según los términos marcados por la Organización Mundial del Comercio, con todos los aranceles y obstáculos que eso implica.

Las autoridades británicas admiten que es probable que una salida caótica produzca atascos en puertos británicos, desabastecimiento temporal de productos y subidas de precios.

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