El 24 de febrero marcó el segundo aniversario de la invasión rusa a Ucrania. El país adoptó una postura defensiva, pero a partir de 2023, con el respaldo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Ucrania inició una contraofensiva fallida. A pesar de los desafíos internos y externos, no se ha logrado recuperar el control en el campo de batalla, y su momento parece haber pasado. Si bien se prevén presidenciales en la primavera de 2024, el mandatario ucraniano , Volodimir Zelensky, ha indicado que no es el momento adecuado para una transición democrática, dejando la fecha de los comicios incierta.
La ciudadanía local y la comunidad internacional han normalizado el conflicto con Rusia, lo que agudiza el desgaste nacional y hace que una ofensiva rusa más intensa sea difícil de soportar. En el plano internacional, algunos de los principales aliados de Ucrania se han alejado al enfrentar costos económicos y electorales. Las elecciones estadounidenses serán determinantes, porque podrían llevar a un cambio de doctrina en la política exterior con repercusiones en el orden mundial. La reelección de Trump significaría un giro hacia el aislacionismo, dejando a Ucrania más expuesta a Rusia. Se anticipa un tercer año sin cambios drásticos en las trincheras, mientras se acerca la jornada electoral.
Yussef Núñez. Internacionalista, analista político y académico