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San José.— México podría emerger como un jugador clave en el pulso que se desarrolla entre América Latina y El Caribe y el gobierno de Donald Trump por la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y lograr que la elección sea postergada y se realice tras los comicios presidenciales del 3 de noviembre en Estados Unidos.
Fuentes diplomáticas alertaron a EL UNIVERSAL que el futuro del BID quedaría en riesgo si Trump logra que el estadounidense Mauricio Claver-Carone sea escogido en septiembre próximo como máximo jerarca del organismo, pero falla en su lucha por reelegirse y pierde en noviembre frente al demócrata Joe Biden.
La votación en el BID está prevista para realizarse en teleconferencia de su Asamblea General, aunque si México se suma a Perú, Chile y a Europa —socio externo del banco con influyente poder de voto por su porcentaje accionario— y provoca una ruptura del quórum, conseguiría que la designación se haga después de las elecciones en EU.
“El bloque demócrata en el Congreso de EU ya advirtió que se opondrá a apoyar a Claver-Carone como presidente del BID y a conceder el aval para ampliar el capital del banco”, dijo una fuente que habló con este diario en anonimato.
“Sin consenso demócrata y republicano tampoco se dará la ampliación y al BID le será difícil ofrecer créditos nuevos para que los países latinoamericanos y caribeños enfrenten una época muy difícil que se sufre por el impacto económico del coronavirus. La zona llegará devastada a la postpandemia y el apoyo bipartidista de EU será crucial para el BID”, agregó.
“Lo mejor es esperar y evitar que el Banco se debilite”, adujo otra fuente. “Primero apagar el incendio del Covid-19 y luego limpiar los escombros y reconstruir la región. Deberá replantearse colectivamente qué tipo de Banco se quiere tras la crisis sanitaria”, planteó.
El periódico El País, de España, reveló el 2 de este mes que la Unión Europea sugirió postergar la votación a marzo de 2021 por la emergencia con el virus, que impide conceder la atención necesaria al relevo, y por la presentación “sin precedentes” de una candidatura por EU.
La sugerencia fue hecha por el español Josep Borrell, comisario de Política Exterior y Seguridad Común de la UE. EL UNIVERSAL intentó sin éxito obtener una confirmación independiente.
La campaña en Estados Unidos avanzó desde junio anterior en medio de una pugna diplomática, que se agudizó a partir de junio pasado, entre América Latina y El Caribe con el gobierno de Trump en la negociación para seleccionar a la persona que reemplazará al colombiano Luis Alberto Moreno como presidente del BID.
Trump rompió una “regla no escrita” desde 1959 en el BID: EU renuncia a competir por ese puesto y acepta que sea ocupado por un latinoamericano o caribeña a cambio de que su sede esté en Washington y que su vicepresidente sea estadounidense.
La postulación de Claver-Carone, de origen cubano, es una “nueva agresión” de EU al multilateralismo, acusaron en junio los expresidentes Ernesto Zedillo, de México; Ricardo Lagos, de Chile; Juan Manuel Santos, de Colombia; Julio Sanguinetti, de Uruguay, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, en una declaración.
Sensible
El proceso en el BID colocó a México en un sitio crucial. El país anunció a inicios de este año que votará por el argentino Gustavo Béliz, candidato de Argentina y cuyo gobierno es uno de los escasos aliados latinoamericanos del presidente Andrés Manuel López Obrador en asuntos como la crisis en Venezuela.
México quedó en la disyuntiva de patrocinar sin éxito a Béliz, plegarse a EU y darle la espalda a una oferta latinoamericana y caribeña, o maniobrar para mover la votación final para después del 3 de noviembre, aunque le moleste a Trump.
México no se pronunció todavía sobre una postergación. Béliz podría maniobrar y promoverse, pese al reto de Claver-Carone. En la ardua competencia también está la expresidenta costarricense Laura Chinchilla (2010-2014), con un soporte extrarregional para poder desafiar al estadounidense-cubano.

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