Caracas.— El alto mando de la Fuerzas Armadas venezolanas cerró filas ayer alrededor del presidente Nicolás Maduro, quien aseguró haber salido ileso de un “atentado” con “drones cargados de explosivos” el sábado durante una ceremonia militar.

“Permanecemos incólumes y aferrados a las convicciones que nos caracterizan, apoyando de manera incondicional y con irrestricta lealtad a nuestro comandante en jefe”, expresó el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, quien leyó un comunicado suscrito por el alto mando militar.

El general calificó el incidente, ocurrido durante la conmemoración de los 81 años de la Guardia Nacional, como “un oprobioso intento de magnicidio” y “una agresión a la institución castrense” que buscaba un cambio de gobierno “mediante mecanismos no constitucionales”.

El texto señala: “Ratificamos el más absoluto repudio a esta barbarie ejecutada como un paso desesperado en planes desestabilizadores, cuyo objetivo es cambiar mediante mecanismos no constitucionales el gobierno”.

Con gran poder político y económico, la Fuerzas Armadas son consideradas el principal sostén del mandatario, confrontado a un enorme rechazo popular por la debacle económica. El ministro de Interior, Néstor Reverol, confirmó que hay seis detenidos por los hechos.

“Hay seis detenidos, uno de ellos estuvo involucrado en el asalto del fuerte Paramacay, los que sobrevivieron de esa célula han tratado de asesinar no sólo al presidente, sino a los líderes del resto de los poderes”, dijo el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en una reunión con el cuerpo diplomático acreditado en el país.

Reverol indicó que dos drones, cada uno cargado con un kilo de explosivo C4, fueron desarticulados con inhibidores de señal. Uno cerca de la tarima presidencial. El otro perdió el control e impactó en un edificio cercano a la avenida Bolívar, dejando una columna de humo. También reiteró que siete militares resultaron heridos.

Tras el incidente, Maduro prometió ir contra todos los responsables, “caiga quien caiga”. Responsabilizó del ataque a la “ultraderecha” y al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien mañana entregará el poder al derechista Iván Duque.

“Resultan absurdos y carecen de todo fundamento los señalamientos” contra Santos, indicó la cancillería colombiana en un comunicado.

Maduro aseguró que los “financistas” del plan están en Estados Unidos. “Puedo afirmar categóricamente que no hubo absolutamente ninguna participación del gobierno estadounidense en lo sucedido”, afirmó John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de Donald Trump, en la cadena Fox.

“Si el gobierno venezolano dispone de informaciones sólidas que quieran proporcionarnos y que demuestren una posible violación del derecho penal estadounidense, lo atenderemos seriamente, pero, mientras tanto, deberíamos concentrarnos en la corrupción y la opresión del régimen en Venezuela”, señaló Bolton, quien apuntó que el incidente podría haber sido “muchas cosas, como un pretexto montado por el régimen”.

Los gobiernos de Cuba, Bolivia, Siria, Irán, Turquía y Rusia, aliados del gobierno socialista, condenaron el incidente. Mientras, España rechazó “cualquier tipo de violencia con fines políticos”.

También el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, expresó su solidaridad con Maduro. Señaló que “los de siempre no dudarán” en recurrir a la “eliminación física”.

Un supuesto grupo rebelde, el Movimiento Nacional Soldados de Franelas, se atribuyó el ataque, de acuerdo con un comunicado difundido por una periodista venezolana opositora radicada en Estados Unidos. El grupo aseguró estar integrado por militares y civiles.

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