Madrid.— España recrudeció ayer la presión en la Unión Europea (UE) sobre el acuerdo para el Brexit por el tema de Gibraltar.

El pulso lanzado por España llega en una semana decisiva para alejar el escenario de una salida de Reino Unido de la UE sin haber alcanzado un pacto. Los mandatarios europeos deben dar el domingo en Bruselas su visto bueno al proyecto de acuerdo alcanzado la semana pasada, paso previo a las ratificaciones.

“A día de hoy, lamento decir que un gobierno proeuropeo como es el gobierno de España votará, si no hay cambios, no”, advirtió en Madrid el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, al expresar su malestar con el proyecto.

Sus críticas se centran en el artículo 184 sobre la negociación de la futura relación comercial y política entre Reino Unido y los 27 países de la UE y que, a juicio de España, no explicita que estos últimos le dieron un derecho a veto sobre la futura relación con Gibraltar.

En sus primeras orientaciones políticas en abril de 2017, que sirven de base a la negociación liderada por la Comisión, los 27 establecieron que, tras el Brexit, “ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin el acuerdo entre España y Reino Unido”.

Pedro Sánchez conversó así este martes con el titular de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y tenía previsto hacerlo con su par del Consejo Europeo, Donald Tusk, y, si es posible, con la primera ministra británica, Theresa May, según una fuente del gobierno español.

May viajará el miércoles por la tarde a Bruselas para conversar con Juncker sobre la negociación. Y, por su parte, los representantes de las capitales tienen previsto reunirse el viernes para preparar la cumbre.

“Estamos al tanto de los problemas del gobierno español y trabajamos en ello”, dijo ayer el portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas, quien evitó entrar en los detalles de la negociación y aseguró que las discusiones para definir la declaración política seguían su curso.

Desde el referéndum del Brexit, en junio de 2016, España ha ido modificando su posición con respecto a Gibraltar que pasó de solicitar la co-soberanía del Peñón a dejar de lado momentáneamente esta cuestión y aprovechar el escenario abierto para intentar solucionar los diferendos con Londres.

Gibraltar pertenece a Reino Unido desde 1713. Es considerado por la ONU como un “territorio no autónomo”, no participa de hecho ni de la Unión Aduanera de la UE, ni de su Política Agraria Común y está excluido de la armonización del IVA.

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