Cuando Joaquín "El Chapo" Guzmán entraba al salón del tribunal de Nueva York en el que le juzgaron y en el que acabó siendo condenado a cadena perpetua, su mirada casi siempre se dirigía hacia la zona del público.
Guzmán parecía no perder ninguna oportunidad para saludar a Emma Coronel Aispuro, su esposa de 30 años de edad.
"A mi esposa hasta el día de hoy no se le ha permitido que me visite. No se me ha permitido abrazar a mis hijas. Ha sido una tortura las 24 horas emocional, psicológica y mental. Es lo más inhumano que he pasado en mi vida", protestó el narco en la audiencia donde se conoció su condena este miércoles.
Como comenta el periodista Gerardo Lissardy, que siguió el juicio desde el tribunal para BBC Mundo, Coronel estuvo presente en la mayor parte del juicio, pasando numerosas jornadas "desde el comienzo hasta el final del día" entre el público.
"Cuando El Chapo entraba, lo primero que solía hacer era saludarla a la distancia, a veces con su mano y otras con un gesto. Y ella le ha retribuido el saludo algunas veces. Incluso durante el transcurso del juicio, en medio de algún testimonio, Guzmán la ha buscado con la mirada desde la silla de acusados", relató el periodista.
Coronel conoció a Guzmán cuando apenas tenía 17 años.
Investigadores del narcotráfico mexicano, como el periodista y escritor José Reveles, coinciden en que Coronel es "el amor de la vida" del capo de 62 años.
Su relación se ha prolongado por más de una década, a pesar de que Guzmán ha vivido esos años siendo prófugo de la justicia y encarcelado casi 4 años tanto en México como EU.
Coronel tiene 30 años, nació en Santa Clara, California, pero creció en la ranchería de La Angostura, un lugar con apenas unas decenas de habitantes en la región del norte de México conocida como "el Triángulo Dorado" del narcotráfico.
"Ahí no se ve nada de cosas extravagantes, de cosas que se ven en la ciudad que son tan estresantes. Es una vida muy tranquila", le contó Coronel a la periodista Anabel Hernández en una entrevista publicada en el semanario Proceso en 2016.
A pesar de que ella asegura que su familia se dedicó a la agricultura, tanto su padre, Inés Coronel Barrera, como su hermano mayor, Inés Omar, hoy están sentenciados a prisión por estar vinculados a actividades del cartel de "El Chapo".
Tanto José Reveles como la propia Anabel Hernández aseguran que el fallecido capo Ignacio "Nacho" Coronel Barrera -uno de los más altos líderes del Cartel de Sinaloa junto con "El Chapo" e Ismael "el Mayo" Zambada- era tío de la joven.
Pero Emma Coronel asegura que ni siquiera lo conocía.
A la edad de 17 años, Coronel estaba en una celebración en las inmediaciones de La Angostura cuando vio por primera vez a Joaquín Guzmán, según le contó a Hernández.
"Yo digo que lo que me conquistó de él fue su plática, su forma de tratarme… no me llevó grandes regalos ni grandes cosas, sino que él se gana a las personas por su forma de ser", dijo tras ser preguntada por la diferencia de edad entre ellos.
Se casaron por la iglesia el día en que Coronel llegó a la mayoría de edad, en su cumpleaños número 18, el 2 de julio de 2007. Hicieron una fiesta solo con la familia cercana, según relató.
Niega que hubiera políticos de la región presentes o que la unión haya tenido un círculo de protección del Ejército mexicano, como reportes de prensa señalaron en su momento.
"¿En ese momento tú ya entendías quién era Joaquín Guzmán Loera?", le cuestionó Hernández. "Creo que no", respondió.
Su matrimonio con uno de los más poderosos jefes del narcotráfico en México la llevó a Culiacán, Sinaloa, uno de los bastiones del cartel que dirigió su esposo durante dos décadas, según determinó la Justicia estadounidense.
Estudió periodismo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, una época que Coronel define como "bastante normal".
En 2011 tuvo a las mellizas María Joaquina y Emaly Guadalupe, pero confiesa que solo veía a su esposo cuando "todo estaba medio normal" en las actividades que realizaba.
Aseguró que nunca vio armas ni drogas cuando estaba con él: "De hecho a mí no me consta que él trafique drogas", dijo.
"Puedo decir que hemos tenido muy buena relación, siempre nos hemos llevado muy bien. Es un hombre muy atento, muy cariñoso, muy respetuoso, muy alegre, que hace que se te olviden los problemas. Cuando lo ves a él y sabes que tiene muchísimos problemas, está como si nada".
Coronel no ha podido convivir con Guzmán desde que fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
A diferencia de lo que le permitían en la prisión en México, en este último país las autoridades aplicaron un aislamiento estricto al capo que se fugó dos veces de prisiones de máxima seguridad mexicanas.
El juez Brian Cogan rechazó su petición de tener unos segundos para abrazar a su mujer precisamente por cuestiones de seguridad, una circunstancia que Guzmán criticó duramente en la audiencia en la que se conoció su sentencia.
Aun así, Coronel asistió fielmente a las sesiones y correspondió a sus saludos hasta el final.
*Esta nota fue originalmente publicada el 20 de noviembre de 2018 y actualizada el 17 de julio de 2019 tras la sentencia de "El Chapo".
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