Londres .- A lo largo de su vida, Isabel II tuvo muy pocas oportunidades, ya fueran hábilmente organizadas o momentos subrepticios, en las que compartió la vida diaria con sus súbditos.
El 8 de mayo de 1945, a los londinenses les embargó la alegría con el anuncio del fin de la Segunda Guerra Mundial . Isabel, entonces una joven princesa, se mezcló entre la multitud reunida ante el Palacio de Buckingham para saludar a su padre, el rey Jorge VI, junto a su hermana Margarita.
"Caminamos kilómetros por las calles. Recuerdo las hileras de desconocidos que descendían, agarrados del brazo, por Whitehall, y a nosotras nos arrastraban olas de alivio y felicidad", contó en una infrecuente entrevista a la BBC en 1985.
"Me acuerdo que nos aterraba la idea de que nos reconocieran", señalaba la reina, que en el momento del armisticio tenía 19 años.
Tras caminar por las calles de Londres, la princesa y su hermana llegaron ante Buckingham y gritaron "queremos ver al rey". "Y conseguimos ver a mis padres al salir al balcón", relató. "Creo que fue una de las noches más inolvidables de mi vida".
El 7 de marzo de 1969, la reina tomó el metro por segunda vez en su vida, con motivo de la inauguración de un nuevo tramo de la red londinense .
"Al llegar a la estación de Green Park, donde debía comprar su boleto, la reina depositó una moneda de seis peniques en un distribuidor automático, pero la máquina rechazó la moneda. Un segundo intento fue igualmente infructuoso", describió entonces la AFP.
Isabel II, "quien había tomado el metro una primera vez en 1939, realizó un corto trayecto en la cabina de pilotaje, junto al conductor, que con 63 años vivió su día de gloria, tras 34 años de servicio", añadía la agencia.
Tras la muerte de la princesa Diana , en 1997, el Palacio de Buckingham intentó acercar a la reina a sus súbditos, impresionados por su aparente frialdad.
Isabel II visitó entonces un McDonald's , una tienda de utensilios de cocina, un pub...
En julio de 1999 se presentó en el salón de una humilde viuda escocesa para un imprevisto té en Castlemilk, cerca de Glasgow.
"Vestida toda de rosa, hasta el sombrero que llevó puesto durante toda la entrevista de 15 minutos, Isabel II aparece en la foto [publicada en las primeras planas de la prensa] sentada muy erguida en su silla, separada de Susan McCarron por una simple mesa de cocina cubierta para la ocasión de un mantel de encaje blanco", escribió entonces la AFP.
"'Tomó té, pero no tocó las galletas de chocolate', comentó la prensa, destacando también la falta de naturalidad de la reina, poco acostumbrada a tratar tan de cerca con el pueblo", relataba la AFP, señalando que a su anfitriona por un día la reina le pareció "muy amable".
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Al comienzo de la pandemia de coronavirus en marzo de 2020, Isabel II se trasladó con su marido el príncipe Felipe al Castillo de Windsor, a unos 50 km al oeste de Londres, para autoaislarse allí.
En junio de ese año la reina se estrenó en una plataforma digital, uniéndose a una videoconferencia para hablar con los cuidadores de personas mayores o con discapacidades y discutir cómo habían afrontado la primera ola de Covid-19.
Su hija, la princesa Ana, también se conectó en lo que se convirtió en una forma habitual de comunicación para la realeza durante las restricciones de los sucesivos confinamientos.
La británica Alexandra Atkins, de 24 años, que cuida de su madre, su padre y su abuela, consideró "simplemente irreal" ver a miembros de la familia real en la videollamada. "Me di cuenta de que estaba sentada en mi habitación hablando con la princesa real (Ana) y la reina", se exclamó.
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