Será el largo brazo de Pekín en Hong Kong.
Las autoridades chinas escogieron a un funcionario de línea dura para dirigir su oficina de Seguridad Nacional en Hong Kong.
Se llama Zheng Yanxiong y será el responsable de hacer cumplir la controvertida ley de Seguridad Nacional que Pekín aprobó para el territorio, provocando una condena internacional.
La oficina quedará fuera de la jurisdicción hongkonesa y se crea como parte de esta legislación, que sus críticos ven como una norma que erosiona -o incluso destruye- el régimen de libertades de la excolonia británica.
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La ley entró en vigor esta semana, coincidiendo con el vigésimo tercer aniversario de la devolución del territorio a manos chinas, y solo entonces se hizo público su contenido.
Diversos activistas prodemocracia han abandonado sus puestos al frente del movimiento y uno de ellos, el prominente líder estudiantil y legislador local Nathan Law, huyó de ese territorio semiautónomo de China.
Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europa y la OTAN han expresado preocupación e indignación.
Washington empezó incluso el proceso para revocar el trato preferencial comercial de Hong Kong con EE.UU., una decisión que podría tener graves consecuencias para el comercio.
Pekín, en respuesta, urgió a no interferir en sus "asuntos internos".
Quién es Zheng Yanxiong
"Para entender a Zheng Yanxiong, necesitas conocer la historia de un localidad en la [provincia sureña de] Cantón, llamada Wukan", explica el corresponsal de la BBC en Pekín Stephen McDonell.
Señala que en 2011 algunos habitantes de esta localidad llegaron a expulsar a los dirigentes comunistas de la misma, acusándoles de confiscar sus tierras a través de acuerdos corruptos con promotores.
"Se provocó un bloqueo y, como parte de un acuerdo negociado para aliviar las tensiones, se les concedió a los lugareños el derecho a elegir a sus representantes locales. Se convirtió en un movimiento comunitario democrático excepcional en China", agrega.
Cinco años después, no obstante, los residentes, molestos ante la falta de compensaciones por la confiscación de tierras, volvieron a protestar en las calles.
"La situación escaló después de que las autoridades sacaran al líder que habían elegido ante lo que se piensa que fueron cargos falsos [por corrupción]", ahonda el periodista.
"Los lugareños empoderados estaban a cargo de sus propios asuntos y creyeron que podrían conseguir justicia. Pero cuando el Partido Comunista (PCCh) se hartó de esta rebelión, el asunto acabó en manos de Zheng Yanxiong [entonces jefe del PCCh en la ciudad de Shanwei, jurisdicción a la que pertenece Wukan] y otros".
Cientos de agentes antidisturbios fueron trasladados a la zona para controlar el movimiento, llevando a cabo arrestos masivos y "destruyendo el experimento de Wukan", concluye McDonell.
En esa época, los medios recuerdan una de las frases más controvertidas de Zheng, cuando criticó a los residentes locales por hablar con algunos de los "podridos medios de comunicación extranjeros" sobre sus reclamos en lugar de con el gobierno.
"Veremos a los cerdos volar antes de que podamos fiarnos de los medios extranjeros", señaló Zheng entonces, según recordó estos días el diario oficialista Global Times y otros medios del país.
Desde entonces, Zheng escaló puestos en el seno del Partido Comunista con la reputación de ser alguien dispuesto a hacer todo lo que sea necesario, subraya McDonell.
Su posición sénior más reciente fue la de secretario general del comité del Partido Comunista en la provincia sureña de Cantón.
Ahora estará a cargo de la nueva oficina de Seguridad Nacional en Hong Kong "que opera sin restricciones legales de ningún tipo, y a la que ninguna otra agencia puede tocar", destaca el corresponsal de la BBC.
"Es un funcionario de línea dura, una persona de ley y orden", señala Willy Lam, experto en el Partido Comunista de China de la Universidad China de Hong Kong.
Lam subrayó en declaraciones a la agencia AFP que Zheng puede hablar cantonés, la lengua franca de Hong Kong, a diferencia de otros recientes nombramientos de funcionarios del Partido que tratan con el territorio.
"Su experiencia en acabar con las protestas en Cantón le granjeará la simpatía de las autoridades", añadió.
La legisladora de la oposición en Hong Kong Claudia Mo Man-ching, antigua periodista, consideró que su nombramiento es "muy preocupante".
Mo Man-ching consideró que sus comentarios contra la prensa extranjera evidenciaban "una mentalidad" de rechazo al exterior, "como si el continente de China no necesitara interactuar con el mundo", señaló al diario hongkonés The South China Morning Post (SCMP).
Por otro lado, Ip Kwok-him, delegado local de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo chino), consideró que el gobierno central no puede nombrar a "funcionarios débiles" para roles de seguridad nacional.
"Tienen que tener caracteres fuertes para ejecutar la seguridad nacional y pública del gobierno central (...) Son funcionarios con experiencia y capaces de ocupar estos cargos", señaló en declaraciones recogidas por el SCMP.
Otros nombramientos realizados por Pekín incluyen el de Luo Huining, que pasará a ser asesor de la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, sobre la nueva legislación.
Luo actualmente dirige la oficina de enlace de Pekín en ese territorio. Como figura leal al presidente Xi Jinping, este funcionario se ha construido una reputación por hacer cumplir la disciplina del PCCh y combatir la corrupción.
La Ley Básica, la mini Constitución de Hong Kong, prohíbe que autoridades del continente interfieran en la gestión de los asuntos diarios de ese territorio.
No obstante, Pekín argumenta que la seguridad nacional es competencia del gobierno central.
Pese a que la nueva agencia de Seguridad en Hong Kong será gestionada completamente por personal del continente, en la comisión de Seguridad Nacional también trabajarán autoridades hongkonesas.
El gobierno chino nombró esta semana al veterano funcionario de Hong Kong Eric Chan como secretario general de esta comisión.
Este organismo, creado también por la entrada en vigor de la ley, supervisará la elaboración de políticas relacionadas con la nueva legislación de Seguridad Nacional.
"Es el fin"
La nueva ley contempla penas de hasta cadena perpetua por cuatro delitos: secesión, terrorismo, subversión al poder del Estado y confabulación con fuerzas extranjeras para poner en riesgo la seguridad nacional.
Bajo esta norma, numerosos actos de protesta que sacudieron Hong Kong durante el último año podrían ser clasificados como subversión o secesión.
Detalles de la nueva Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong:
- Los crímenes de secesión, subversión, terrorismo y confabulación con fuerzas extranjeras son castigados con una sentencia mínima de tres años. La máxima es cadena perpetua.
- Incitar al odio del gobierno central de China y del regional de Hong Kong es considerado una ofensa, bajo el Artículo 29.
- Dañar instalaciones de transporte públicas puede ser considerado terrorismo (ello ocurrió en diversas ocasiones en las protestas del último año).
- Aquellos declarados culpables no podrán ocupar un cargo público.
- La jefa del Ejecutivo de Hong Kong puede nombrar a jueces en casos de seguridad nacional, y el secretario de Justicia puede decir si habrá jurado o no.
- Las decisiones tomadas por la comisión de Seguridad Nacional que se creará no pueden ser desafiadas legalmente.
- China también dice que se encargará del procesamiento de casos que considere "muy graves".
- Algunos juicios pueden ser celebrados a puerta cerrada.
Desde el territorio, han surgido temores además sobre la libertad de expresión en internet ya que los proveedores de estas conexiones podrían tener que facilitar datos a las autoridades si lo requiere la policía.
La jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, considerada pro-Pekín, consideró que la legislación era necesaria desde hace tiempo.
La norma fue presentada por el gobierno chino ante las crecientes protestas, algunas de las cuales se tornaron violentas, y el amplio movimiento prodemocrático que fue ganando impulso desde la Revolución de los Paraguas de 2014.
Temiendo repercusiones, personas de todo tipo empezaron a borrar sus publicaciones en internet, según pudo saber la BBC.
"Mucha gente ha dejado de hablar de política, ha dejado de hablar de la libertad y la democracia porque quieren salvar sus vidas. Evitar ser arrestados", informó otro de los corresponsales de la BBC en la zona John Sudworth.
"Uno de mis contactos, un activista y abogado de derechos humanos, me envió un mensaje poco después de que la legislación fuera aprobada. Decía: 'Por favor, borra todo lo que hay en este chat'".
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