Washington.— Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, insiste vía Twitter, sin pruebas, en que le hicieron “fraude” en las elecciones, autoridades electorales emitieron ayer un veredicto tajante: “La elección del 3 de noviembre fue la más segura en la historia de Estados Unidos”.

Se trata de una bofetada para un mandatario que se niega a reconocer su derrota.

“No hay evidencia de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido alterado de alguna manera”, subrayó en un comunicado el Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral, un grupo público-privado que opera bajo la órbita del organismo principal de seguridad electoral federal, la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA).

“Si bien sabemos que hay muchas afirmaciones infundadas e instancias de desinformación sobre nuestro proceso electoral, podemos asegurarles que tenemos la mayor confianza en la seguridad e integridad de los comicios”, añadió.

El comunicado fue emitido horas después de que Trump retuiteó una afirmación infundada sobre un fabricante de máquinas de votación que “eliminó” 2.7 millones de votos que eran para él en todo el país y asignó a su rival, el candidato demócrata Joe Biden, cientos de miles de votos que eran para él en Pennsylvania y otros estados.

Incluso entre los republicanos es cada vez más difícil de sostener el apoyo al mandatario. “Creo que tiene sentido [que Biden empiece a recibir información de inteligencia]”, dijo el número dos de los republicanos en el Senado, John Thune, en CNN. Tradicionalmente, los presidentes electos en EU comienzan a recibir informes diarios de las agencias de inteligencia en cuanto se confirma su victoria en los comicios. No ha sucedido esta vez, debido a la negativa de Trump a reconocer su derrota.

Biden, quien se convertirá en el segundo presidente católico en la historia de EU, recibió ayer la felicitación del papa Francisco y mantiene sus actividades.

Pero la actitud de Trump, y de los republicanos que sí le siguen el juego, preocupa a muchos, incluyendo el expresidente Barack Obama, quien en un adelanto de una entrevista con CBS News dijo que “es un paso más para deslegitimizar no sólo a la próxima administración de Joe Biden, sino la democracia en general. Y ese es un camino peligroso”.

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