Austin, Texas. — El gobierno de México ha planteado en varias ocasiones a su preocupación por las boyas que Texas colocó en el río Bravo (o Grande) para disuadir a los migrantes, y se podrían producir afectaciones a los acuerdos entre ambos países si la barrera flotante continúa en ese sitio, señaló el martes un funcionario del Departamento de Estado estadounidense en un tribunal.

El testimonio pretendía reforzar lo que el gobierno federal sostiene que son los riesgos diplomáticos generados por las boyas del tamaño de una bola de demolición que el gobernador de Texas, Greg Abbott, autorizó este año como parte de las medidas cada vez más duras del republicano para reducir la afluencia de migrantes a través de la frontera.

El juez federal David Ezra no emitió un fallo al término de la audiencia del martes en Austin. En un momento, Ezra dijo que la cuestión se centraba en si Abbott tiene el poder de tratar unilateralmente de detener lo que el gobernador ha descrito como una “invasión” en la frontera sur de Estados Unidos.

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“México es sensible en torno a la soberanía y no quiere ser visto como un socio menor de Estados Unidos”, declaró Hillary Quam, coordinadora de asuntos fronterizos entre Estados Unidos y México del Departamento de Estado.

Según Quam, México ha expresado su preocupación “a los más altos niveles diplomáticos” con Estados Unidos en el poco tiempo que llevan en el agua las boyas, que se extienden aproximadamente a lo largo de un puñado de campos de fútbol en una parte del río cercana a la ciudad texana de Eagle Pass. Quam dijo que los proyectos de infraestructura entre los países y los compromisos de México de suministrar agua a Estados Unidos podrían estancarse a causa de la barrera.

La audiencia fue celebrada días después de que Texas reubicó la barrera más cerca de suelo estadounidense. Durante un viaje el lunes a Eagle Pass, Abbott dijo que habían movido la barrera “como medida de precaución”, luego de lo que, señaló, eran acusaciones de que se habían desviado al lado mexicano del río. Añadió que no sabía si las acusaciones eran ciertas.

Migrantes que cruzan por el río Bravo caminan frente a enormes boyas colocados como una barrera fronteriza flotante. Foto: AP
Migrantes que cruzan por el río Bravo caminan frente a enormes boyas colocados como una barrera fronteriza flotante. Foto: AP

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Ezra cuestionó la razón por la que Texas habría movido la barrera si ya se encontraba en el lado estadounidense y si las corrientes del río estaban haciendo que las boyas se desplazaran.

“Si Texas se sintiera cómoda con la posición de la barrera, no lo habría hecho”, señaló Ezra.

Ezra ordenó a ambas partes que presenten sus alegatos finales por escrito antes del viernes, ya que el gobierno de busca un mandato judicial que ordene la retirada de las boyas.

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asf/sp

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