Berlín.— La canciller alemana, Angela Merkel, precipitó ayer su retirada de la política al anunciar por sorpresa que renuncia a la reelección como presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y a su escaño en el Parlamento, aunque continuará como jefa de gobierno en Berlín hasta que termine su actual mandato en 2021.

“No he nacido canciller, eso no lo he olvidado nunca. Hoy es el día en el que se abre un nuevo capítulo”, declaró la mandataria en una rueda de prensa en la capital alemana.

“No voy a presentar mi candidatura a la presidencia de la CDU y en segundo lugar, esta cuarta legislatura será mi último mandato como canciller”, dijo Merkel, quien lleva 13 años al frente del gobierno y 18 como líder de la CDU.

Su renuncia a presentarse a jefa de la CDU en el Congreso Federal, que en diciembre tendrá lugar Hamburgo, supone no sólo un cambio de 180 grados en su tradicional discurso, sino que este paso atrás también marca el inicio del fin de la “era Merkel”.

“En las elecciones generales de 2021 no me presentaré al cargo de canciller, ni al Parlamento, ni a ningún otro cargo político”, agregó con el ánimo de zanjar cualquier especulación sobre un posible futuro en organismos europeos en Bruselas. “Pero para lo que queda de legislatura, estoy dispuesta a seguir como canciller”, precisó.

Merkel, de 64 años, comunicó su decisión tan sólo un día después de que su partido sufriera un duro castigo en las urnas en las elecciones regionales de Hesse, en el oeste del país.

El de este domingo fue el segundo revés que la formación conservadora sumó en tan sólo 15 días, pues a mediados de octubre su partido hermano bávaro, la Unión Cristianosocial (CSU), perdió la mayoría absoluta del próspero Land del sur de Alemania.

Las dos deblacles electorales animaron a la dirigente a comunicar una semana antes de lo previsto una decisión que, según afirmó, ya había tomado antes de las vacaciones del verano europeo. “Estos comicios hay que tomarlos como un punto de inflexión y este punto de inflexión puede traer también albergar oportunidades”, insistió.

Los malos resultados en los comicios regionales, en los que su socio menor en el gobierno —el Partido Socialdemócrata (SPD)— también se desplomó, se han interpretado como una expresión del descontento de la población con la política de Berlín.

En su intervención, la dirigente recordó que a pesar de que siempre había unido la presidencia del partido con el cargo al frente de la cancillería, los malos resultados de las elecciones de Hesse y de Baviera, así como las crisis que arrastra en su gobierno desde que inició en marzo su cuarta legislatura, le llevaron a cambiar de opinión.

“Es un riesgo pero tras ponderar los pros y los contras he llegado a la conclusión de que asumir este riesgo es justificado”, apuntó para, a renglón seguido, destacar que la separación de poderes le permitiría concentrar sus esfuerzos en la labor de gobierno y le daría margen a su partido para repensar su estrategia de futuro.

“Desde hace 18 años soy presidenta de la CDU (...) y desde hace 13 años soy canciller de Alemania, lo que para mí ha supuesto un honor diario y también un desafío”, dijo.

Al respecto, el presidente francés, Emmanuel Macron, alabó la decisión “extremadamente digna” y “respetable” de la canciller alemana.

“Es su decisión. Me parece extremadamente respetable”, declaró el mandatario francés.

“Merkel nunca ha olvidado cuáles son los valores de Europa y ha dirigido su país con mucho valor”, dijo Macron, quien aseguró sentir “admiración” por su homóloga alemana y expresó su inquietud por un contexto que “no tiene nada de tranquilizador” ante el avance de la extrema derecha en Alemania.

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