En el límite entre la alcaldía Coyoacán y Álvaro Obregón se encuentra la desembocadura del río Magdalena, y sobre ella tres puentes de piedra del siglo XVIII y que esperan a ser rehabilitados como un espacio público para los habitantes de la zona.

La desembocadura del río en la Capilla de San Antonio de Padua, también conocido como el Templo de San Antonio Panzacola, coincide con las calles Francisco Sosa y Progreso en la colonia Chimalistac.

En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, se observó que en el tramo se han colocado letreros en los que se pide respetar el lugar y no tirar basura.

Sin embargo, hay partes del río en las que se puede apreciar una gran cantidad de desperdicios, como botellas de plástico, envolturas de comida chatarra, e incluso hay zapatos.

Una mujer que paseaba a su perro, quien vive sobre la calle de Parras, en medio de todo este tramo, comentó
que “luego de tantos años uno no se acostumbra al olor que sale del río, pero con el tiempo ha disminuido la cantidad de basura”.

Debajo del puente más cercano a la avenida Guillermo Pérez Valenzuela, hay colchones, cobijas, ropa y hasta un carrito de supermercado y  otros artículos que muestran que hay personas viven ahí.

A espaldas de la iglesia, un grupo de seis hombres que cocinaban a un costado del río aseguraron a esta casa editorial que desde hace dos años se instalaron en el lugar junto con su perra Macaria y aunque a veces se separan, ese es el punto de encuentro durante las noches.

La titular de Secretaría de Medio Ambiente, Marina Robles, dio a conocer que a la par del Sistema de Aguas y la Secretaría de Obras y Servicios capitalinos, se ha trabajado en el estudio y diseño de distintos cuerpos de agua.

“Hay zonas en la parte urbana que ya se recuperaron, la zona que está en Coyoacán tiene ya una intervención por parte de Sacmex”.

Puntualizó que van mejorar las condiciones del espacio para hacer un parque público. La inversión será de 7 millones de pesos.

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