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Toluca, Méx.— A José Luis García Hernández no le importó esperar hasta cumplir 18 años para que su padrastro se convirtiera legalmente en su padre, a pesar de que desde los tres años lo amó “aunque no llevara su sangre”.

Fue gracias a su empeño y que el Juzgado Especializado en Procedimientos de Adopción del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México falló a su favor, que hoy son formalmente familia.

José Luis contó que desde los 12 años le pidió a su padrastro que le cediera su apellido; desde entonces inició el camino entre asesores jurídicos para conocer los pasos a seguir.

“Desde que tengo memoria siempre he visto a Alfredo como el único padre verdadero. Para mí ser papá es quien vela por ti, el que está contigo cuando más lo necesitas, cuando tienes un problema”, expresó.

Por una mala información, este joven esperó años para alcanzar su objetivo. Inicialmente una abogada particular les indicó que debían obtener la cesión de la patria potestad por parte del padre biológico, pero “eso implicaba quizá algún enfrentamiento”, pues tenía muchos años sin verlo, por lo tanto les recomendó esperar hasta que José Luis cumpliera 18 años.

Sin embargo, hace poco, otro asesor jurídico los canalizó al DIFEM, donde encontraron el acompañamiento necesario para concluir con su meta.

José Alfredo Lara González, su esposa, Blanca Dinora Hernández Landeros, y su hijo acudieron al juzgado en Toluca luego de 16 años de convivencia diaria como una familia común, pero que no contaba con los documentos que les permitieran acceder a ciertos derechos que son inherentes entre padres e hijos.

“Hasta hoy, por ejemplo, no podía acreditarlo ante el Seguro Social, no llevaba mis apellidos y la gente lo tiene muy marcado; hay señalamientos porque no llevamos los mismos nombres. Incluso era difícil recogerlo en la escuela porque había cuestionamientos sobre por qué no estaba registrado a mi nombre”, explicó Alfredo Lara.

Dijo que para él ser padre es una responsabilidad que cumplió con amor, porque siempre fue su interés inculcarle a José Luis principios, valores y una buena educación.

Blanca platicó que conoció a Alfredo hace 16 años, cuando su hijo tenía dos años. Aseguró que el flechazo entre ambos fue inesperado y la empatía de padre e hijo inmediata, tardó nueve años en casarse por el civil, pues primero quería asegurarse de qué persona estaría cerca de José Luis.

Por su parte, María de Lourdes Hernández Garduño, jueza adscrita al Juzgado especializado en Procedimientos de Adopción del Tribunal de Justicia mexiquense calificó como “poco común” el caso, pues la ley que regula los centros de asistencia social y las adopciones señala que deben ser de niños, niñas y adolescentes.

Conforme a la UNICEF, él ya es considerado adulto, por tanto la legislación no lo permitiría, pero el juzgado, sensible al tema, privilegió la familia.

Desde agosto de 2018, el juzgado resolvió 70 adopciones; quienes no habitan en el Valle de Toluca pueden acceder a una de las 11 salas remotas que mediante un sistema de cámaras realizan las audiencias en Ecatepec, Nezahualcóyotl o Tlalnepantla.

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