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Las capturas de los líderes de La Unión Tepito y La Anti-Unión, quienes durante el año pasado realizaron varios asesinatos al disputarse las calles de la zona Centro para la venta de drogas al menudeo, desencadenará más violencia, pues los grupos intentarán ocupar el espacio que esas “cabezas” dejaron, coinciden especialistas en cuestión de seguridad.

Explican que mientras no se dé un golpe importante en las estructuras financiera de los cárteles, estos seguirán operando, posiblemente sin ejercer más violencia, pero sí incrementando sus ganancias derivadas de la venta de drogas, extorsiones y el “cobro de piso” a comercios en el primer cuadro de la Ciudad y a antros y restaurante del corredor Roma-Condesa, así como en Polanco.

En este sentido, los especialistas destacan que las detenciones de Roberto Moyado Esparza, El Betito, y de David García Ramírez, El Pistache, de La Unión Tepito, y su rival Jorge Flores Concha, El Tortas, recientemente vinculado a proceso, muestran un interés en las autoridades locales y federales por desmantelar esas células.

“El ejemplo lo tenemos en el sur de la Ciudad con el Cártel de Tláhuac; mataron a su líder El Ojos, detuvieron a sus hijos y lugartenientes, pero siguen operando, por qué, pues porque no han desarticulado su estructura financiera”, explica Luis Hinojos, catedrático de la UNAM.

Raúl Martínez Lodoza, de la UAM, explica que las detenciones sólo “atomizan” la violencia: “Como siempre sucede, cae una cabeza grande y surgen tres pequeñas. De no congelarles las cuentas o incautarle sus propiedades, van a seguir trabajando”, concluyó.

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