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Ecatepec, Méx.— Madre e hija platicaban sobre la tarea que debería hacer la pequeña, cuando tres hombres que viajaban en la unidad que circulaba sobre la autopista México-Pachuca se levantaron de su asiento, sacaron las armas que escondían bajo la ropa, y comenzaron a gritarles groserías para exigirles sus pertenencias.

Mariel, de 26 años, trató de calmar a su hija que entró en pánico y comenzó a llorar porque tuvo miedo de que los ladrones las mataran.

Uno de los pasajeros trató de evitar que los tres delincuentes les robaran, pero uno de ellos, que portaba una pistola, le disparó en varias ocasiones y lo mató.

“A los malditos rateros no les importó disparar adentro del camión donde veníamos más persona y algunos menores, eran tres de aproximadamente 55, 23 y 35 años, uno de ellos con tatuajes en el ante brazo derecho, estaban armados, el más alto y más joven traía cuchillos y el más grande una pistola”, recordó Mariel.

La joven madre contó que el jueves pasado, alrededor del medio día, abordó junto con su hija un autobús de la línea Elite en Villas Zumpango, para dirigirse a la estación Indios Verdes de la línea 3 del Metro, en la Ciudad de México.

Esa es la rutina diaria que hace Mariel para llegar a su trabajo, donde labora en una empresa como secretaria. Cada vez que sube a una unidad de transporte público sabe al peligro que se enfrenta, sobre todo, cuando circula sobre la autopista México-Pachuca, una de las de mayor riesgo en la Zona Metropolitana del Valle de México.

“Recorrimos Zumpango, Nextlalpan, Tonanitla y Ojo de Agua [municipio de Tecámac] sin problemas, el camión tomó la autopista [México -Pachuca], pasamos la caseta y todo iba bien, yo platicaba con mi hija acerca de la tarea que en la escuela primaria le dejaron investigar”, narró.

Al pasar la caseta de San Cristóbal, Ecatepec, tres hombres amagaron con armas a los pasajeros. Dos llevaban cuchillos y el otro una pistola. Les exigieron con palabras soeces que les entregaran carteras y teléfonos celulares.

La hija pequeña de Mariel se espantó. Estalló en llanto al ver a los tres ladrones que los amenazaban con matarlos si no obedecían sus órdenes. Un pasajero, quien vestía con pantalón de mezclilla y camisa azul y cinturón de tela verde tipo militar, se levantó de su asiento y enfrentó a los delincuentes.

El asaltante que portaba la pistola le disparó en varias ocasiones. Después de herirlo obligaron al conductor a que detuviera el autobús para que se bajaran. Antes de huir le gritaron al chofer que siguiera su camino, que no se detuviera si no regresarían para matarlo.

El operador continuó su trayecto, pero se detuvo en la parada “El Gallito” en el poblado ecatepequense de Santa María Tulpetlac. El hombre que intentó defender a los usuarios había perdido la vida. Siete casquillos percutidos calibre 9 milímetros quedaron esparcidos sobre el pasillo del camión.

Una credencial de la Secretaría de la Defensa Nacional fue encontrada en el interior de la unidad, que pertenecía a Gerardo “N”, subteniente de artillería, quien con su vida pagó el defender a los otros pasajeros.

Han pasado cuatro días y la pequeña hija de Mariel tiene problemas para dormir porque aún están frescas en su memoria las imágenes violentas que vivió a bordo de ese autobús.

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