El del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), Héctor Nazul Brito Lira , sólo tuvo un ligero dolor de cabeza y corporal, luego de ponerse la vacuna contra el Covid-19 , situación que lo hace sentirse más seguro para continuar atendiendo los traslados por casos graves a causa de este virus.

Con tan sólo 37 años de edad, seis años en el ERUM de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), 18 como paramédico y 12 años de enfermero general, Héctor cuenta a que existe confianza en el grupo de especialistas luego de la vacunación, pues en toda su trayectoria no había visto un virus que pudiera contagiarse “tan rápido”.

“Es algo que nos da un poco más de confianza y seguridad para nosotros mismos, y (poder) continuar dando la atención a muchos pacientes. El proceso de vacunación es muy interesante, pues es una vacuna nueva, pero esto es muy reconfortante para nuestra seguridad”, dijo.

La vacuna, asegura Héctor, no duele , y aunque se siguen estudiando todos sus elementos, dice que introducen un virus atenuado como con la del AH1N1, influenza; con la del coronavirus inyectan “parte o las espinitas por así decirlo, del virus, viéndolo de esa manera”.

“Obviamente como una vacuna, de las catalogadas dentro de los coronavirus, ha dado un efecto adverso como cualquier otra: dolor de cabeza, malestar general, todas esos síntomas, normales de una vacuna”, asegura el especialista de la salud.

Durante los primeros meses de la contingencia sanitaria por Covid-19, Héctor ya había explicado a esta casa editorial en su edición del 4 de marzo de 2020, desde las instalaciones del ERUM, cómo era la atención a los pacientes contagiados.

Aquel día, en el que aun los servicios del Escuadrón de Rescate no alcanzaban su pico más alto como en mayo y diciembre, Héctor había señalado la facilidad con la que se podía transmitir el coronavirus y la manera tan potente con la que atacaba a las personas.

Vacuna da confianza para evitar contagios

Con la vacuna, también en su casa han encontrado más seguridad, pues él comparte techo con sus padres, y desde el inicio de la emergencia ha tenido que aportar todos sus conocimientos para evitar los contagios en su nicho familiar.

“Ellos (sus padres) saben los riesgos que conlleva esto, y la gran parte de mi vida lo he dedicado a esto, y siempre tenemos esa pequeña exposición, esos riesgos, no sólo al coronavirus, sino a otras enfermedades. Se pusieron contentos y más seguros”, cuenta con palabras tranquilas a través de una llamada telefónica.

De inmediato asegura: “Esto nos da más seguridad y motivación para seguir atendiendo, obviamente con todas las precauciones a la población en general, obviamente con el mismo llamado, que se cuiden, que no salgan de casa, si no es necesario, para poder controlar más esta pandemia”.

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“El miedo siempre ha existido, pero como somos profesionales de la salud, la mayoría de las veces sabemos lidiar con este problema, pero obviamente siempre hay miedo, siempre hay algo, por el hecho de salir a la calle a atender emergencias”, cuenta el paramédico.

Héctor asegura que vivió algo similar con la contingencia por influenza , cuando él era estudiante de enfermería y le tocó estar en el área para atender los casos positivos por ese virus en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), pero que en comparación, la enfermedad del Covid-19, es mayor.

“En 2010 fue una epidemia y se pudo controlar, esta vez es más grande y más fuerte porque ya es una pandemia, es una comparación obviamente drástica. Pero, recomiendo que todos se vacunen en su momento, para contener esto más rápido”.

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lr/rdmd

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