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A pesar del nivel de riesgo, Gerónimo de 13 años, sus dos hermanos menores y su padre regresaron a su casa después del sismo de 8.2 grados que sacudió la capital del país hace una semana y provocara que una de las bardas se partiera en dos.

“Protección Civil me dijo que me tenía que salir de la casa. Me están dando permiso de quedarme con los vecinos”, cuenta el padre de Gerónimo, Pedro Santiago.

La noche que ocurrió el temblor los cuatro salieron de la vivienda, ubicada en la calle Lago Chapala número 108 de la delegación Miguel Hidalgo; y por el temor a que se registrara otro sismo, le pidieron a la abuela de Gerónimo que les permitiera dormir bajo su techo.

Al día siguiente, Gerónimo esperó en su casa a elementos de Protección Civil. Sin embargo, su padre aseguró que no ha recibido ningún apoyo para reparar su vivienda.

“Me dijeron que Protección Civil iba a extender un documento para que yo fuera a la delegación Miguel Hidalgo y ahí me brindaran un apoyo... Como un seguro. Pero apenas vinieron antier y me dijeron que no, que no extenderían ningún documento”, relató el afectado.

En la delegación, asegura, le pidieron el documento donde Protección Civil avaló los daños que había sufrido su casa ocasionados por el movimiento telúrico; así como comprobantes de domicilio, un reporte del daño tras el temblor, una serie de identificaciones y el contrato de arrendamiento.

Sin embargo, Pedro dice que el predio donde vive no tiene dueño, éste falleció hace más de ocho años. Desde ese momento, los inquilinos se organizaron y buscaron a distintas dependencias para que los ayudaran a construir formalmente.

En ese tiempo, 21 viviendas del predio han sufrido daños considerables en su estructura. A su cuñada, un día, mientras cocinaba le cayó un tabique cerca de la cabeza y el techo de su casa tiene varias reparaciones por los constantes derrumbamientos, contó.

El caso que más se recuerda en ese predio, ocurrió hace tres años, cuando al vecino de Pedro Santiago se le cayó el techo. El inquilino, quien era un joven, tomó algunas de sus pertenencias y se mudó. Dentro del lugar hay incluso pedazos de ropa, bancos, una colchoneta y cuadros colgados en la pared que sobrevivieron el derrumbamiento.

En ese momento, Protección Civil declaró que el predio era inhabitable. Pero los vecinos, que son en su mayoría empleados, aseguran que no tienen la solvencia económica necesaria para poder rentar una vivienda, o comprar. Aún así, han buscado al Instituto de Vivienda de la CDMX para que los ayude a construir formalmente, y poder dormir bajo un techo seguro.

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