La pandemia provocada por el coronavirus (Covid-19), que obligó a diversas dependencias a cerrar sus puertas para evitar más contagios, dejó un rezago histórico en los juicios del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) local, donde, aunque en ese lapso se atendieron casos urgentes, se quedaron a la deriva miles de expedientes.

Un estimado, con base en los registros de 2018 y 2019, que son públicos y se pueden consultar en la Dirección de Estadísticas del propio órgano jurisdiccional, indican que durante los meses de marzo a mayo de este año, cuando el tribunal paró totalmente sus actividades, se dejaron de recibir un total de 64 mil 692 juicios, resultando los más afectados todos los que buscaban resolver un problema en materia de lo familiar, civil y penal.

Estos más de 64 mil casos, a decir de abogados y defensores de oficio, representan un retraso histórico para la impartición de justicia en la Ciudad de México y en todo el país, incluso mayor al que se presentó cuando se dio paso a la transición al nuevo sistema de justicia penal acusatorio, pues advierten que el daño aún no se ha cuantificado y tampoco se tiene un plazo de cuándo se normalizará todo.

“En medio de lo que padece el país y la metrópoli, éste es un tema que está quedando de lado, es gravísimo el rezago que dejó la pandemia. Si de por sí nuestro sistema de justicia no funciona a la perfección, si lo atascamos de expedientes, le recargamos el trabajo a los jueces, a los defensores de oficio y en general a todo el sistema [será peor]; hay que darnos una idea de cómo los resolverá, de cuantos expedientes le tocaran a cada juzgado.

“Ese es gran parte del problema, no nos alcanzará el tiempo de revisar las resoluciones para que un juez delibere de manera correcta, sin presiones y con toda la información que necesita, eso es por un lado, por el otro están las víctimas que esperan justicia y ahora tendrán que aguantar más”, explicó el abogado penalista Luis Alberto Escobar, que de manera independiente tiene más de 100 expedientes atrasados a raíz de la pandemia.

En este sentido y según la comparativa de las estadísticas, en marzo se dejaron de recibir 8 mil 664 expedientes de lo familiar en el sistema tradicional y 987 en el oral; en material civil fueron 6 mil 842 y 2 mil 388, respectivamente, mientras que en lo penal —donde se concentran delitos como robo, homicidios dolosos, narcomenudeo y otros delitos de alto impacto— no se recibieron del primero 340 expedientes y 2 mil 692 del segundo.

En abril, 4 mil 710 expedientes no se atendieron en materia de lo familiar del sistema tradicional y 861 en oral; en lo civil, 6 mil 858 y mil 978; en penal, 409 y 2 mil 618 , y 769 en la mediación a la justicia alternativa, dando un total de 18 mil 203 carpetas que dejaron de ingresar en el sistema judicial.

Durante mayo fueron 9 mil 139 expedientes en lo familiar con el sistema tradicional y 945 del oral; en materia civil, 7 mil 813 y mil 917; respecto a lo penal, 410 y 2 mil 621, y 942 en la mediación de justicia alternativa, dejando un total en este periodo de 23 mil 787 carpetas queso fueron atendidas.

“Ahora la bronca la tenemos nosotros, con toda la carga de trabajo hay que sacar esos expedientes, ponernos al corriente y seguir, la justicia no puede parar tanto tiempo. Si bien se atienden los casos más relevantes, el retraso sí es importante, de hecho es más que todo lo que se dejó de atender cuando se cambio al sistema oral”, comentó Karen Castellanos, defensora de oficio.

Así, el total de general de los expedientes que se dejaron de atender fueron: 22 mil 513 en el tema familiar tradicional y 2 mil 793 en el oral; en lo correspondiente al civil fueron 21 mil 513 y 6 mil 283, respectivamente; mientras que del penal fueron mil 159 y 7 mil 931, y 2 mil 500 en la mediación de la justicia alternativa, dando una sumatoria total de 64 mil 692.

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