Ser mamá y cursar la carrera de medicina

es un reto que Josefina Rodríguez Rivera tuvo que enfrentar a sus 18 años de edad.

La sorpresa le vino en el primer semestre de carrera que cursó en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) . La pregunta más difícil provino de su padre: "¿ O estudias o mantienes a tu hija ?". Ella escogió ambas opciones.

Con el coraje que se requiere para cursar la carrera de seis años, la mujer se levantaba a atender a su hija desde la madrugada. Sus objetos más usados no solo eran libros, sino también mamilas y pañales.

Debido a que la madre de Josefina falleció cuando tenía 17 años, su abuelita era quien la apoyaba a cuidar a su hija Valeria.

Se casó con quien entonces era su pareja, sin embargo, el divorcio fue inevitable cuando ambos se dieron cuenta que la diferencia de edad era un factor que los separaba.

Josefina Rodríguez

concluyó su carrera de seis años. Sin embargo, al ingresar a la residencia, también le afectó dejar a su hija, incluso hubo dificultades económicas pues ganaba mil 300 pesos quincenales.

" Yo recuerdo cuando ya estaba en la residencia, me toca el área de Pediatría, y luego me llamaba mi abuelita para decirme que mi hija tenía fiebre, y yo sin poder atenderla. Y bueno, el dinero que yo ganaba me tenía que alcanzar para mucho, era mi hija, eran mis cosas, juntar el dinero para hacer el examen de residencia ".

Apoyo de familia

Actualmente Valeria, que tiene 12 años y asiste a la secundaria, es una jovencita que, con el paso de los años, ha aprendido a aceptar el trabajo de su madre.

Yo le digo que me gusta mucho mi trabajo. Ella lo entiende, se siente muy feliz por mí, y yo estoy muy orgullosa de ella porque es una niña independiente. Dice que quiere estudiar Psicología ”, afirma la doctora.

Josefina

rehízo su vida, a lado de un hombre que es médico. Se embarazó nuevamente, y ahora también es madre de una niña de cuatro años.

El ser madre implica retos y muchas dificultades pero sobre todo actitud, porque ellos forman parte de nuestros sueños, los hijos no son obstáculos al contrario, son alicientes que nos permiten ser mejores cada día, y ser médico implica responsabilidad pero sobre todo pasión.

“Y si sumamos pasión por la medicina, más amor por nuestros hijos, es igual a una vida llena de bendiciones
”, afirmó la médico salubrista que actualmente trabaja para la Secretaría de Salud capitalina.

lr

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