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La red de videovigilancia del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro fue una de las áreas más afectadas por la rapiña en las pasadas administraciones y actualmente 64% de las cámaras se encuentran fuera de servicio, aseguró la directora general de este organismo, Florencia Serranía Soto.
“Las cámaras de videovigilancia del Metro, creo que es uno de los temas que mayor rapiña tuvo en estos años; llegamos a lugares donde están los cascarones de los gabinetes donde se controlaban las cámaras”, dijo.
Por ello, informó que este año comprarán 509 cámaras para la red, mismas que se instalarán en 22 estaciones que identificaron como críticas.
Por medio de una solicitud de información, el Metro detalló que de las 3 mil 365 cámaras instaladas en las 12 líneas, 2 mil 157 no funcionan.
La ruta más afectada por la falta de cámaras en buen estado es la Línea 6, que va de Martín Carrera al Rosario, en donde de 147 cámaras, 128 están fuera de servicio, lo que representa 87%; mientras que en la Línea 9, que corre de Pantitlán a Tacubaya, se encuentra inactivo 78 % del equipo de vigilancia, pues de 180 disponibles no funcionan 142. La línea 12 tiene funcionando apenas 128 de 495 dispositivos, es decir 74%.
En las nueve líneas restantes la situación no es mucho mejor: en promedio no sirve 58% de las cámaras.
El Metro indicó que “en la mayoría de los casos las cámaras están dañadas y ya no existen refacciones en el mercado para su reparación, ya que los equipos se consideran consumibles; éstos, por su condición, requieren ser sustituidos”.
Después de tres meses de asumir el cargo, Serranía Soto indicó que tras un diagnóstico se identificaron diversas fallas, principalmente por la falta de mantenimiento general; además, denunció que hubo omisiones y rapiña en algunos contratos.
Aseguró que se realizarán las denuncias pertinentes, pero su principal objetivo es el de tener más trenes en las líneas, eficientar el sistema y trabajar en la modernización.
“No vamos contra funcionarios, vamos por más trenes, no tenemos tiempo de hacer una cacería de brujas”, comentó la funcionaria.
Resaltó que están revisando los contratos anuales y multianuales: “Por años mandaron aquí los proveedores improvisados, no supervisados; hoy, los que quieran participar en el proceso de modernización serán corresponsables y se les exigirá capacidad técnica, calidad y precio”.
En este diagnóstico identificaron 22 estaciones críticas, las cuales son todas las correspondencias de las líneas y algunas terminales, por lo que se está haciendo un trabajo de seguridad para tener mayor control.
En el caso del presupuesto indicó que el dinero siempre ha estado ahí y que en otras administraciones se pudo haber hecho más, pero ahora será una misión del que ella está a cargo y aseguró que eliminando la corrupción se podrá tener un Metro en óptimas condiciones: “Estamos afinando el programa que vamos a presentar para los nuevos 50 años del Metro. El sistema tocó fondo en materia de abandono y vamos a arrancar con un verdadero programa de modernización que impacte al usuario”.