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Aún espera el aval de la Comisión Política Permanente del PRI para registrarse como precandidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, que, sin duda, el lunes próximo tendrá, y Mikel Arriola ya lanza un mensaje a Morena, PRD, y las otras fuerzas políticas en la capital: “No se pongan nerviosos”.

Este chilango de 42 años nacido en la colonia Cuauhtémoc, gusta de las quesadillas de Polanco; dijo en entrevista con EL UNIVERSAL que llega para competir como ciudadano.

Mikel Arriola apenas renunció a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para entrar a la competencia en la Ciudad.

Acepta que es poco conocido, sobretodo al lado de la que competirá por Morena: Claudia Sheinbaum, pero nada que una buena campaña, un buen jingle, no arregle. Presumió que sus cartas fuertes son sus resultados en la administración federal.

¿Cuándo decide contender?

—Lo pensé cuando fui a la Asamblea del PRI donde se abrió ese candado. Soy un ciudadano de esta gran metrópoli, tengo 42 años viviendo aquí, salvo algunos años que estuve fuera estudiando; nací en la Cuauhtémoc y veo a mi Ciudad como una gran área de oportunidad para aplicar lo que he hecho desde hace 15 años en la administración pública, mi carrera.

Cuando veo que el PRI es el único que se abre a las candidaturas ciudadanas, digo que es el momento. Después se suscita la candidatura del doctor Meade, es cuando me convenzo, digo, tenemos que dar el salto.

¿Qué es la buena noticia tanto para México como para la Ciudad? Somos candidatos, creo yo, que podemos acreditar resultados que le han dado a la gente mejores condiciones de vida, de bienestar frente al deterioro de la Ciudad de México.

La política es para todos, hoy más para los ciudadanos y qué más que un ciudadano que llegue con experiencia en políticas públicas.

Usted se refirió al PRI como su partido, pero no es militante ¿Qué parte del tricolor toma?

—Hay que decirlo, que escuchen bien los priístas: yo soy simpatizante del PRI y voy por él, no tengo ningún tapujo en decirlo, porque en el partido habemos muchos que sabemos hacer las cosas. Lo que sí reconocemos es que las candidaturas eran sólo para militantes, no para simpatizantes.

Le entro porque quiero y voy a ganar y porque tengo la fórmula para ofrecerle a los ciudadanos, primero, escucharlos; estoy de tu lado, eso es lo que quiero transmitirle a los votantes. Creo que hay desencanto, hay un pulso de que las cosas no están bien en la Ciudad de México y eso es lo que nosotros vamos a plantear desde la precampaña con los sectores.

Hay desencanto con los políticos, usted no lo es, pero va con un partido, ¿cómo va a convencer?

—Es que yo no creo que haya fronteras, creo que un político y un partido tiene que agrupar a todos los sectores, no podemos prejuiciar que si son trabajadores no pueden estar en un partido, o que son ciudadanos, si no cometieron ningún delito tienen el derecho a participar todos, entonces, hay que aprovechar la estructura de un partido político que nos mandó un mensaje ya a los ciudadanos.

Si yo hubiera dicho: quiero ser candidato para mi ciudad, renuncio al IMSS, pues me quedo sin nada porque no soy militante ni de Morena ni del PRD, ahí sí son de militantes. Estamos frente a un mensaje que da el PRI a los ciudadanos.

Hay candidaturas independientes.

—Sí, pero ya era una circunstancia donde se habían pasado los tiempos y asumo: soy simpatizante del PRI.

¿Candidato espejo de José Antonio Meade?

—Espejo sí en tres factores: honestidad, transparencia y eficacia en las instituciones públicas. Él (Meade Kuribreña) ha sido cinco veces secretario de Estado, yo he tenido la fortuna de dirigir la institución más grande en términos de beneficiarios del Estado que es el IMSS, que atiende a 74 millones de pacientes, da 1 millón de citas o consultas todos los días y está compuesto por 440 mil trabajadores y eso nos hace espejo. Y, ¿qué debemos hacer? Ganar las dos, si a mí me va muy bien aquí, al doctor (Meade) le va a ir muy bien en el país.

El triunfo se antoja complicado ¿Se siente como nacido para perder?

—Al revés. Soy deportista y he estado en circunstancias complicadas como campeonatos del mundo. Creo que hoy, a partir de que expresé mi deseo, hemos sumado muchísimo, hemos sumado en las encuestas, pero sobretodo en una cosa que no tienen los políticos: buena calificación de la ciudadanía y va a seguir subiendo seguramente, nos sentimos fuertes en las encuestas. No ha empezado todavía la campaña y ya estamos aquí.

Entra a algo así como octavos de final, ¿cuál será su mejor jugada?

—La voy a decir como en el Jai Alai, porque es donde me he desenvuelto: hay una jugada que se llama txik txak, que es cuando la pelota pega en el rebote y luego se mueve y ya no la puede contestar el contrario. Creo que les estamos tirando un txik txak.

El contrario está bien preparado.

—Sí, yo creo que sí, lo que quiero es que haya puntos peloteados de ideas, que peloteemos ideas, no descalificaciones, de eso ya está harta la gente, por eso quiere ver a un ciudadano haciendo política, vemos todas las tribus que hay, todas las corrientes que lo único que hacen es extraer recursos al Estado, que son de los ciudadanos.

¿Por qué no ponemos a los ciudadanos a tomar las decisiones o por lo menos a hacer los planteamientos para que los servidores públicos ejecuten? Harían una mejor calidad.

El tema más sensible es la corrupción. ¿Tiene cola que le pisen?

—Por supuesto que no y además, cuando fui director del IMSS muchos se enojaron conmigo porque hacíamos licitaciones competidas. El instituto gasta al día mil 200 millones de pesos y hay licitaciones de 60 mil millones porque nosotros las diseñamos para que hubiera competencia. Nos gastamos en 2016, con 15% más de demanda, 12 mil millones de pesos menos que lo que se gastaba en 2012.

El PRI de la CDMX tiene varias tribus y corrientes, ¿ya las contactó: a Cuauhtémoc Gutiérrez o la familia Barrios, por ejemplo?

—Sí, ya nos hemos reunido, con Alejandra (Barrios) no, pero yo lo que les digo es que hay toda la disposición para trabajar juntos, el candidato es el que convoca a las fuerzas y quiero convencerlos para que todos nos conjuntemos, nos sumemos y salgamos a una muy buena campaña tanto territorial, como de ideas, de unidad.

Además de diálogo y unidad ¿hay posiciones?

—Las posiciones que hay van a ser decididas seguramente por el partido con cargo, precisamente al trabajo. O no tengo ningún elemento, como aspirante a precandidato, para desacreditar el trabajo de nadie, entonces, las posiciones tienen que llegar con trabajo y así nos vamos a ir.

¿Va a utilizar la estructura del PRI?

—Por supuesto que la vamos a utilizar, no es una cosa u otra, todo se combina: las ideas del partido, los principios, la política social y la gente, las estructuras y espero que las estructuras de aquí al día 16 se sumen para tener esa puerta abierta.

¿Cuál es el mayor reto que tiene dentro del PRI?

—Tenemos un excelente presidente del partido en la Ciudad, que es Eruviel Ávila, que ha podido trabajar políticamente con los diferentes sectores y yo, como candidato, lo voy a apoyar. Esa tarea para fortalecer al partido para tener una candidatura fuerte compete a los dos: al presidente y al candidato, y creo que es hacer política, es saber entender lo que quiere el otro y saber conciliar, llegar a un acuerdo sin tener prejuicios.

¿Eruviel lo va a acompañar?

—Pues yo lo veo ahí conmigo.

¿Ya se lo pidió?

—Yo estoy en el entendido de que Eruviel está con nosotros.

¿Por qué busca apoyos de sectores y organizaciones del PRI? No los necesita según la convocatoria.

—Es que sí los necesito, el PRI está conformado por sectores históricamente. Están los obreros, si no hubiera sido por la CTM no tendríamos IMSS, por ejemplo, o ahorro para el retiro, que fue una de las demandas.

Si no fueran por sectores como la CNC el campo no tendría financiamiento. La CNOP es representación ciudadana. Yo estaría muy equivocado si no dijera que los necesito y que voy a convencerlos.

¿Va solo completamente?

—Hasta el día 16 podemos saber.

¿Cómo ve a Claudia Sheinbaum?

—La conozco poco, la respeto, lo que haría sería decirle al votante que compare resultados, soy un convencido del liberalismo económico, de la democracia, del liberalismo en una sociedad o en una comunidad, por ejemplo, al libre mercado, no sé qué piensen por allá, pero lo que queremos es traer inversión y empleo.

Ella es más conocida que usted.

—Sin duda, para eso es la campaña.

¿Un buen jingle lo solucionará?

—Sí claro, a ver qué se nos ocurre, pero la campaña es para que nos conozcan. Lo importante es la sustancia de las políticas que vamos a ofrecer a la gente y también con quién las construimos, no desde un partido, sino desde un ciudadano.

Usted defiende el libre comercio, pero la CDMX vive momentos difíciles en seguridad, ello preocupa más a la ciudadanía.

—Voy a decir qué pasa. En términos de libre comercio el jefe de Gobierno no tiene capacidad para firmar tratados, pero sí tenemos una burocracia que impide que lleguen más inversiones. Si se ve el ranking del Banco Mundial que se denomina hacer negocios, la Ciudad de México es de las últimas en el país. Daba 50% del PIB, hoy es 17%. En la Ciudad para hacer alguna actividad económica en las 16 delegaciones tienes que sacar 16 permisos, pero la microempresa, si se queda sin fondeo un día, tiene que cerrar. Tenemos que ir a traer la inversión y el empleo, hay muchos jóvenes, tenemos que darles oportunidades.

En el tema de seguridad, el deterioro al que me refiero es que cada vez se vean peores condiciones en un tema y la seguridad es el mejor ejemplo.

Creo que levantarse con una noticia de que había comensales en un restaurante de Insurgentes y se metieron a asaltarlos y no pasó nada, eso explica el deterioro en una política pública inercial. Yo creo que lo que hay que hacer es revisar cómo ser más inteligentes con las fuerzas que tenemos, policiales, para anticiparnos a la comisión de los delitos.

Dice su amigo (Salomón) Chertorivski que usted no gana.

—Que bueno que lo diga mi querido Sal, es una gente que aprecio y quiero. Yo ya los veo hablando de esta candidatura, no se pongan nerviosos, nosotros vamos por el bien.

¿Qué tal competir contra él?

—Sería interesante y además va a abonar, porque va a ser una competencia de ideas. Salomón es una gente de ideas, es una gente con rigor intelectual y con buenas intenciones.

¿Es usted un buen chilango, le gusta el término?

—Sí, me encanta porque a veces afuera no les caemos bien, pero soy orgullosamente chilango y todas mis raíces están en la Ciudad de México.

Le gustan las quecas (quesadillas), ¿van con o sin queso?

—Tienen que ir con queso.

¿De qué puesto le gustan más?

—Las fritas son las que hay que evitar más pero hay unas muy buenas en Polanco, en la esquina de Moliére con Homero, un puestito.

Mancera dice que no gana.

—Otra vez, que no se pongan nerviosos. Miguel Ángel Mancera es mi amigo y lo aprecio. Hizo una gran labor para abrir el Frontón México, que es uno de los espacios que no se había recuperado en muchos años y él fue clave para que eso pasara, yo estoy muy agradecido porque mi abuelo llegó a la Ciudad de México a abrir ese frontón en 1929, estoy eternamente agradecido con Miguel.

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