La ensalada de manzana no puede faltar en tu cena de Navidad. Su sabor dulce y delicioso, que mezcla los trozos de manzana con la nuez y la crema, la convierte en el postre favorito de todos.
Sin embargo, cuando adquiere un color oscuro puede desanimar a más de uno a probarla. Por eso, en Menú te explicamos cómo evitar ese efecto poco apetecible.
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Esta ensalada es un clásico de la temporada; sin embargo, cuando no se prepara de manera adecuada puede adquirir un color café y ello se debe a los procesos naturales de oxidación de la fruta.
La manzana, de acuerdo con un artículo del portal académico Massachusetts Farm to School, se oxida por la acción de sus enzimas (como polifenol oxidasa y catecol oxidasa) que reaccionan con el oxígeno del aire y provocan cambios en el color de la pulpa.
Además del oxígeno, en este proceso intervienen otros factores como el hierro o el cobre -presentes de manera natural en la manzana- y que son componentes necesarios para que se produzcan las reacciones enzimáticas.
Así, cando esta fruta pierde electrones al entrar en contacto con el aire, inicia el proceso de oxidación y adquiere un tono marrón.
Aunque se trata de una reacción natural, en la mayoría de platillos puede ralentizarse al evitar que el oxígeno llegue a la superficie de la manzana. ¿Cómo? Un truco sencillo es cocinarla, debido a que el calor destruye las enzimas responsables de la oxidación.
Pero al consumirla en una ensalada, donde la fruta se utiliza recién cortada y sin cocción, existen otras técnicas para evitar que ese cambio de color que afecta su apariencia.
El tiempo en que una manzana comienza a oxidarse depende de la variedad. Según el blog de Freshis, la Red Delicious se vuelve marrón con mayor rapidez a diferencia de la Golden o la Granny Smith.
No obstante, todas las variedades, además de sufrir cambios en el color y el sabor, también pueden perder parte de su valor nutricional con el paso del tiempo.
En ese sentido, es clave aprender a manipular esta fruta para obtener un platillo de gran sabor y presentación.
Una de las técnicas más populares es el uso de sal. Este método consiste en disolver media cucharada de sal en un litro de agua y sumergir los trozos de manzana durante cinco minutos. Posteriormente, se deben enjuagar y guardarlos en un recipiente hasta el momento de su consumo.
Dicho procedimiento es efectivo porque inhibe la acción de las enzimas responsables de la oxidación, retrasando el cambio de color.
La segunda técnica consiste en usar agua fría. Una vez que se ha pelado y cortado la manzana, se debe colocar en un recipiente con agua fría durante 5 minutos y cubrir con papel film, procurando que los trozos no queden expuestos al aire.
De esta manera se reduce el contacto de la fruta con el oxígeno y, al mismo tiempo, se retrasa el efecto de oscurecimiento.
Ambas opciones son las más viables para la preparación de la ensalada de manzana navideña, puesto que no alteran su sabor.
Aplicar estos trucos no solo ayuda a conservar la ensalada de manzana por más tiempo, sino que garantizan un delicioso sabor.
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