Tijuana.— El próximo responsable de las políticas migratorias del país como director del Instituto Nacional de México (INM), Tonatiuh Guillén López, también lo fue durante dos periodos —de cinco años cada uno— de la institución más importante de México que investiga el fenómeno migratorio: el Colegio de la Frontera Norte (Colef) en esta localidad.

El anuncio hecho esta semana por el equipo de trabajo del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, no sólo es importante por el nombramiento, sino que refuerza la intención del próximo gobierno de cambiar la sede del INM a Tijuana, Baja California, estado que capta cerca de 40% de los deportados.

Guillén López nació en la Ciudad de México, pero lleva más de 30 años viviendo en la frontera. Es licenciado en Sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y alcanzó el grado de doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología, por el Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México.

Al frente del Colef estuvo en dos periodos consecutivos, de 2007 a 2012 y de 2012 a 2017; en ambos casos fue elegido y ratificado por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.

Uno de los problemas que enfrentó a cargo del Colef fue el rechazo del grupo de académicos que se opuso a su ratificación, además de quienes estuvieron inconformes con las gestiones sindicales en el tema de aumentos salariales.

Incluso, cuando inició su segundo periodo al frente del Colegio en 2012, parte de los investigadores acusaron haber sido censurados para hablar de la inconformidad que hubo por sus sueldos. Uno de ellos, el investigador y politólogo Víctor Alejandro Espinoza Valle señaló —en ese entonces— que hubo una amplia corriente que no estuvo de acuerdo con su elección e incluso denunció que se trataba de un aparato de la manipulación.

Un reclamo más dentro de la comunidad académica fue la carta firmada por 34 investigadores del Colef el 29 de septiembre de 2015 para externar su inconformidad por los casos de plagio que presuntamente quedaron impunes en la administración de Guillén López.

Aunque su gestión pasó por algunas turbulencias administrativas, su trabajo como académico fue abrazado por las asociaciones civiles locales promigrantes, como ocurrió con el primer censo elaborado sobre los habitantes que viven en canales y en la indigencia, pero que llegaron a la ciudad como deportados o migrantes.

Incluso en 2015 fue nombrado “Personaje del año” por Grupo 21 —una asociación en Tijuana— y también recibió el Premio Nacional de Demografía 2014, a nombre del Colef.

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