LA PAZ.- “Aquí, nada de que te das un baño de varios minutos; utilizas los jicarazos justos para limpiarte y refrescarte, nada más. La pipa que manda el ayuntamiento tarda hasta un mes en surtir, nos llena la pileta y esa agua la administramos para todas las necesidades de la familia, mis dos hijos, mi esposo y yo”, platica Laura Rico.

Comenta que hace cuatro años llegó a la colonia Lagunitas, una zona arenosa y seca, con calles sin pavimentar, donde los 40 grados de temperatura se sienten como 50.

La escasez de agua dulce que padece Laura no es propia de esta colonia, es una calamidad en el estado. Aquí no hay ríos y, de todo el país, es la entidad donde menos llueve.


La escasez se agudiza porque no hay obras para retener el agua de los huracanes, aunado a que las paradisiacas playas atraen turismo y gente de otros estados, que llega a vivir a esta entidad en busca de trabajo.

El Atlas del Agua 2017 de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) precisa que en el monitoreo de 30 años (1981- 2010) el promedio anual de lluvias para esta región fue de 168 milímetros; en contraste, en la península de Yucatán, por sus condiciones de humedad, viento y temperatura, alcanzó un promedio anual de  mil 200 milímetros.

El estado se abastece sólo del agua subterránea, almacenada en los acuíferos, pero estos depósitos están sobreexplotados.

En enero pasado, la Conagua publicó que de 39 acuíferos que hay en Baja California Sur, 21 han sido sobreexplotados. Esta cifra podría ser superior porque los estudios están desfasados tres años, es decir, se presentaron con datos de 2015, señaló en entrevista Jesús Antonio Solano Leyva, titular de la Comisión Estatal del Agua (CEA).

De acuerdo con el reporte, los acuíferos sobreexplotados son: San Ignacio, La Purísima, Mezquital Seco, Conejo Los Viejos, Melitón Albáñez, Cabo San Lucas, Cabo Pulmo, San José del Cabo, Los Planes, La Paz, El Coyote, Alfredo V. Bonfil, San Juan Londó, San Marcos Palo Verde, San Bruno, San  Lucas, Santa Águeda, Santo Domingo, Plutarco Elías Calles, Santiago y El Carrizal, estos cuatro últimos fueron los que se agregaron a la lista.


Se desperdicia por falta de obras


Jesús Antonio Solano Leyva, titular de la CEA, señala que los huracanes son la única fuente de recarga de los mantos freáticos; sin embargo, por el relieve de la entidad, su escasa vegetación y al no contar con suficientes obras de retención, la lluvia asociada se aprovecha poco.

La Conagua, en su estudio Numeragua 2017, señala que a nivel nacional de cada 100  litros de lluvia, 73% regresan a la atmósfera, 21% escurren por ríos y arroyos y sólo 6% se infiltra. La vegetación ayuda y las macro y microobras de retención también, pero en Baja California Sur —un estado de 73 mil kilómetros cuadrados— sólo se tienen seis presas.

A lo anterior, se agrega otro problema: la tubería es obsoleta, en algunas zonas tiene 50 años. Investigadores y asociaciones civiles estiman que se pierde 40% del líquido en fugas. “Sólo el municipio de Los Cabos tiene un organismo estable; el resto están en picada”, señala el funcionario.

Aunque han repuesto 15 mil metros lineales de tubería en el cuadrante principal de La Paz, la mayor parte de la infraestructura excedió su vida útil y, con ello, la tolerancia a la presión.

En el norte del estado la situación no es mejor. Desde 2017, en el municipio de Mulegé la crisis hídrica se agudizó porque el acueducto que abastece a las comunidades costeras de Bahía Tortugas, Bahía Asunción, La Bocana y Punta Abreojos colapsó y no tuvieron agua en sus llaves por meses. La más afectada fue Bahía Tortugas —900 kilómetros al norte de La Paz—, que tiene la población más alta, unos 5 mil habitantes.

Este año la crisis siguió y usuarios, a través de redes sociales, comenzaron a presionar como pudieron. El titular del Organismo Operador Municipal del Agua Potable en Bahía Tortugas, Roberto Aguilar Bastida, aseguró que ya se arregló el acueducto, pero las quejas persisten.

Efraín Patiño dirige La Voz del Pacífico, una radio comunitaria en la localidad de Guerrero Negro —770 kilómetros al norte de La Paz— y recibe a diario testimonios de pescadores, amas de casas y ancianos, que demandan servicio regular. Son comunidades aisladas hasta por 150 kilómetros unas de otras y las pipas pasan sin atender un calendario.


Turismo agudiza carencia


Los Cabos es hoy un foco rojo debido a su alta migración motivada por la inversión turística, que origina una fuerte demanda de servicios. La situación se agudizará porque la Secretaría de Turismo estatal informó que para este año se estima la construcción de 5 mil cuartos de hotel.

Solano Leyva, de la Comisión Estatal del Agua, asegura que frente a este crecimiento se diseñan nuevas obras de retención del agua, y hoy se aprovecha la presa San Lázaro (en San José del Cabo), con una planta potabilizadora que alcanza para dotar de 70 litros por segundo a 25 mil personas. Se pretende también potabilizar el agua de la presa La Palma, y lograr 110 litros por segundo.


La Paz, ni de dónde agarrarse


En julio de 2017 se inauguró el acueducto El Carrizal, que significó 30% más de abasto de agua potable para La Paz. La obra vino a mitigar la sequía de esta capital, pero no resolvió el problema, ya que el crecimiento poblacional no se detiene.

Desde hace tiempo el agua se distribuye por zonas y horarios. En el trienio pasado el organismo operador apenas alcanzaba a atender a 50% de los usuarios.

Solano Leyva expone que lo crítico de la escasez del agua es en todo el estado y más donde se concentra la población como La Paz y Los Cabos.

Por otra parte, recuerda que La Paz no puede acceder a recursos federales porque persiste un adeudo histórico de 23 millones de pesos, que gestiones municipales pasadas aplicaron en otros gastos.



De acuerdo con datos arrojados por la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 25 años, Baja California Sur tuvo un incremento de habitantes de 130%; la media península pasó de 313 mil 561 pobladores en 1990 a más de 712 mil.

En ese sentido, la dependencia informó que de esos 712 mil, 78% reside en La Paz y Los Cabos.

En el estudio resalta que, pese a su extensión territorial, pasó de ser el estado menos poblado a ser la segunda entidad con la tasa de crecimiento más alta en toda la República Mexicana, del 2.6% anual, superado sólo por Quintana Roo. Las cifras señalan que en La Paz habitan alrededor de 272 mil personas.

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