Cancún, Q. Roo.- Un promedio de 94 mil 339 ejemplares de caracol chivita murieron en la Laguna de Bacalar , entre el 1 y el 6 de junio pasado, como parte de un fenómeno probablemente asociado a las intensas lluvias de la tormenta “Cristóbal”, que provocó una gran cantidad de escurrimientos de ríos superficiales y subterráneos hacia el cuerpo de agua.

Un estudio elaborado por el Colegio de la Frontera Sur, el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo (IBANQROO) y las organizaciones Agua Clara Ciudadanos por Bacalar A.C, y Geo A.C, reveló que la precipitación pluvial que alcanzó entre 200 y 300 milímetros -según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN)- y el arrastre de la materia que los escurrimientos trajeron consigo, cambiaron las condiciones ambientales o fisicoquímicas del agua de la laguna.

Lo anterior “aparentemente” causó una mortalidad masiva de caracol chivita (Pomacea flagellata), indica el trabajo de investigación, que asume la necesidad de realizar estudios complementarios de contaminantes en sedimentos y tejidos para conocer mayores detalles sobre los factores que intervinieron en la muerte de estos organismos emblemáticos para Bacalar.

Los resultados del reporte fueron dados a conocer este sábado 15 de agosto, cuando se conmemora el Día del Caracol Chivita.

El estudio menciona que en 2020, otra investigación, se reportó la pérdida de la diversidad celular asociada a los estromatolitos, de hasta 50%.

“Una de las probables hipótesis es la presencia de nutrientes asociada al uso de fertilizantes y otros agroquímicos como el glifosato en la agricultura, tanques sépticos defectuosos u obsoletos y la falta de tratamiento de aguas residuales”, indica.

Los estromatolitos o microbialitos se encuentran en la Laguna de Bacalar son estructuras formadas por miles de bacterias que representan la forma de vida más antigua en la tierra; producen oxígeno y capturan dióxido de carbono (CO2) a través de la fotosíntesis. Su relación con los caracoles chivita estriba en que, además de compartir el mismo hábitat -la laguna- es que estos moluscos son filtradores y ayudan a mantener el equilibrio y la calidad del agua, aspectos necesarios para la permanencia de los estromatolitos.

Como parte del estudio para determinar la mortalidad masiva de los caracoles chivita, se realizó un muestro por cubetas y el conteo durante siete días en varios predios en los márgenes de la laguna. Cada cubeta tenía cupo para mil 200 caracoles y tan solo en uno de los predios se registraron 34 mil 800 caracoles muertos.

Otro de los métodos de evaluación consistió en contar por cuadrantes de un metro por un metro, en 12 puntos ubicados a lo largo de la laguna.

Lo que se concluyó fue que la mortalidad de los caracoles está sujeta a variaciones espaciales, que deben tomarse en cuenta para los criterios de manejo del caracol en la laguna.

“Las causas de la mortalidad aún no se conocen, pero los datos pueden dar una idea del impacto que este evento inusual de mortalidad puede causar en la Laguna, en el mediano plazo, pues al no haber caracoles disponibles, los procesos de pastoreo en la vegetación se ven limitados y el número de gavilanes caracoleros también podría verse afectado, puesto que el caracol es su dieta predilecta, así como otros componentes ecológicos de la laguna”, apunta.

El estudio enfatiza que un evento de esta naturaleza puede impactar a otros organismos menos notables que habitan la laguna de Bacalar, por lo que sería urgente empezar un programa de monitoreo de fauna que indique las condiciones de calidad ambiental en la Laguna de Bacalar.

Añade que los temas como establecer la capacidad de carga, el desarrollo urbano planificado con base en el ciclo del agua, la implementación de sistemas de captación y uso de agua lluvia, áreas verdes con vegetación nativa, son acciones necesarias para la laguna, porque ésta depende de la vegetación y el uso de suelo fuera de ella.

“Bacalar necesita operar sistemas de tratamiento de agua negra que no generen lodos, ni agua residual, que ésta no se inyecte en aguas profundas, sino que se trate de forma adecuada para su posible reutilización”, concluye.

Registran muerte de más de 94 mil caracoles chivita en Laguna de Bacalar en junio
Registran muerte de más de 94 mil caracoles chivita en Laguna de Bacalar en junio

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