Oaxaca.— Con movimientos imaginarios al son de la música se muestran las figuras de papel ataviadas en los atuendos más célebres de las danzas que le han dado vida a la máxima fiesta de los oaxaqueños, así deslumbran a propios y extraños cuando están listas para llevar a cabo la MiniGuelaguetza.

Esta pequeña, pero gran obra de arte, es una creación de Juan José Ordóñez, un joven egresado de la carrera de Ingeniería Industrial y cuya pasión por la cultura oaxaqueña lo llevó —desde hace 14 años— a realizar un tributo a los bailes tradicionales de la entidad.

Juan José relata que desde que era niño le gustaba participar en los bailables de la escuela. La primera vez que vio una Guelaguetza por televisión quedó sorprendido y se hizo la meta de asistir a un Lunes del Cerro para el siguiente año. Llegada la fecha y con sus ahorros en mano, el joven estaba listo para asistir, pero lamentablemente ese año (2006) se canceló el magno evento.

Esta decepción lo llevó a elaborar sus primeras figuras: “Ahora voy a hacer una Guelaguetza sólo para mí”, se dijo a sí mismo y comenzó la gran labor.

Foami, plástico y plastilina fueron los primeros materiales con los que comenzó a elaborar las figuras de los danzantes, al inicio hizo uno o la pareja de los diferentes grupos de baile, pero más tarde se enfocó en realizar a las delegaciones completas, algunas, incluso, conformadas por 24 bailarines o más. La elaboración de cada figura le toma un día o más.

Alentado por su gusto por la danza, en 2008 entró en un grupo folclórico, lo que le permitió cumplir su sueño de asistir a una Guelaguetza, pero en esta ocasión lo hizo como bailarín.

Juan José explica que su formación en la danza y las amistades le ayudaron a perfeccionar sus pequeñas figuras, ahora hechas de papel, con la indumentaria más detallada, como los bordados y los significados de cada prenda y accesorio.

También, este mundo le permitió abrirse camino para dar a conocer su talento con las manos, pues relata que cuando le mostró su MiniGuelaguetza a una de sus maestras, ella lo alentó para que la exhibiera al público. Fue así, comenta, como realizó su primera exposición en Salina Cruz, a través de la asociación Manos Creadoras.

Sus piezas tuvieron tal éxito que las ha llevado a diferentes comunidades de Oaxaca.

Que comience la fiesta

Para que el baile pudiera empezar, José Luis también necesitó elaborar una representación del auditorio en el patio de su casa. Con el escenario listo, cada grupo de minidanzantes es acomodado conforme a su turno para entrar al escenario.

Para llevar a cabo la MiniGuelaguetza, puntualiza, se requieren de 200 a 300 figuras, entre público y bailarines, dependiendo del número de delegaciones que participen. Toda la representación le toma de cuatro a cinco horas. Hasta la fecha ha llevado a cabo 13 bailes.

Toda la realización la ha costeado con el apoyo de su familia, pero también le gustaría recibir alguno institucional para que más público, de diferentes lugares, pueda admirarla.

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