Culiacán.— En cuestión de horas, Luis perdió casi todas sus pertenencias. La fuerza del agua que bajó por el arroyo El Piojo derribó la barda trasera de su hogar en la colonia Lomas de Rodriguera y se introdujo a su casa, por lo que junto con su familia tuvieron que abandonarla antes de que el nivel del agua alcanzara casi metro y medio.

Luis, su esposa y cinco hijos tuvieron que dormir repartidos en casas de familiares y regresar por la mañana para rescatar documentos y algunas prendas de vestir, ya que sus enseres domésticos y ropa quedaron inservibles, llenos de lodo y destruidos.

Su hogar se ubica en el extremo norte de la capital del estado, por la avenida Álvaro Obregón, la principal vía de comunicación que cruza de norte a sur Culiacán, y por donde descienden de la parte oriente varios arroyos que desembocan en el río Humaya.

En esta misma avenida, el desastre es evidente; a cinco minutos de la casa de Luis se aprecia un vehículo color azul destruido, el cual fue arrastrado por la fuerza del agua hasta quedar prensado en un colector pluvial.

Ayer, desde muy temprano, la familia de Luis sacó a la banqueta los restos de sus muebles, colchones y prendas de vestir que estaban entre el lodo, en espera que camiones del ayuntamiento se los lleve como desechos.

Una torta y un refresco fue su desayuno a media mañana, pero sin perder el ánimo, Luis comenta que fue un milagro que él, su esposa y sus hijos lograran salir de su hogar y agrega que vecinos le dan “una manita” para sacar sus muebles destruidos.

“Yo no sé si el gobierno nos va a ayudar, espero que no sólo sea con despensas, agua y colchonetas, sino con muebles para volver a empezar”.

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