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Guadalajara.— Sólo uno de los siete candidatos a la gubernatura decidió arrancar campaña en día santo, Miguel Castro Reynoso, el abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprovechó el tiempo y arrancó su campaña el primer minuto del viernes 30 de marzo, en busca de los más de 5 millones 800 mil votos en el estado que, de paso, podrían definir la elección presidencial.

Los seis candidatos restantes, Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano (MC); Carlos Lomelí, de Morena; Miguel Ángel Martínez, del PAN; Carlos Orozco, del PRD; Salvador Cosío, del Verde; y Martha Rosa Araiza, de Nueva Alianza (NA) esperarán que pasen los llamados días Santos.

Esta elección inicia con una diferencia muy marcada a favor del alcalde de Guadalajara con licencia, Enrique Alfaro Ramírez, que será irreversible si no sucede algo extraordinario en los 90 días de campaña, dice el analista y académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Jorge Rocha.

El emecista decidió contender sin el PAN y el PRD, aliados de su partido a nivel nacional en la coalición Por México al Frente, y según las encuestas en el estado, aventaja por 15 puntos en las mediciones más conservadores, y por 40 en las más optimistas.

“El asunto aquí es que no es algo nuevo, durante un año y medio esa tendencia de voto no se ha modificado”, señala Rocha.

Sin embargo, “Movimiento Ciudadano empieza y acaba en Jalisco. Posiblemente aquí tenga a su primer gobernador, pero sigue siendo un partido eminentemente local, cuya fuerza reside en la Zona Metropolitana de Guadalajara; no ha tenido la capacidad de crecer a nivel nacional”.

Los números ubican al PRI y a su candidato, Miguel Castro, en segundo sitio, con entre 17 y 18% de votación. La marcada tendencia anti PRI y las disidencias, como la del presidente municipal de Tonalá, Sergio Chávez, debilitan sus posibilidades y lo colocan en riesgo de caer hasta la tercera fuerza política en el estado, detrás de Morena.

El partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador, advierte Rocha, se enfrenta a una paradoja: es probable que el candidato presidencial más votado en Jalisco sea él, pero no así su candidato a gobernador, Carlos Lomelí, un emecista disidente, quien no se ve que pueda montarse en esa ola para ganar.

“En Jalisco el voto diferenciado no es nuevo, es una tendencia que viene desde 2012 y 2015; sin embargo, el efecto AMLO sí puede darle a Morena una buena bancada en el Congreso local y mayor representación en el estado”, explica el analista.

Sobre el PAN, dice, éste se ha desdibujado en el estado y registra entre 8 y 10% de la votación. La candidatura del panista Miguel Ángel Martínez es meramente testimonial.

El resto de los candidatos difícilmente crecerá más del 6%.

Cada partido, sus números. Guillermo Medrano, coordinador estatal de MC, afirma que pese a los números, no están confiados. Las mediciones, considera, son el resultado de un trabajo de muchos años para generar una estructura en el estado.

La campaña de Enrique Alfaro será austera, de contacto con la gente y muy respetuosa con el PAN y PRD, aliados en 73 de los 125 municipios. “MC le va a aportar una gran cantidad de votos al proyecto de Ricardo Anaya, y se está trabajando para colaborar en el tema nacional y no cruzarse en los temas locales”, explica.

En sus previsiones, además de ganar el gobierno estatal y ser la primera fuerza en el Congreso, retendrán los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco y Tlaquepaque; y ganarán El Salto, Ixtlahuacán y Tonalá.

Para el presidente estatal del PRI, Héctor Pizano, sus mediciones establecen que Miguel Castro, ex secretario de Desarrollo e Integración Social del gobierno del estado, ha venido repuntando desde la precampaña y es el candidato con menos negativos, lo que le da alta una expectativa de crecimiento.

En el PRI Jalisco consideran que no ir en alianza con el Verde y NA, como ocurrió a nivel nacional, no representará una falta de votos significativa; aspiran a que la elección se cierre al final de la campaña.

“A diferencia de 2012, Alfaro no cuenta con el apoyo del gobernador. En esa campaña tuvo un claro apoyo de Emilio González Márquez (panista) y por eso creció tanto en aquella ocasión. Por otro lado, nosotros tenemos el respaldo de 5 años de un gobierno [el de Aristóteles Sandoval] que ha dado buenos resultados”.

Sus cálculos se basan en que comparados partido con partido, en marzo del año pasado el PRI estaba a 20 puntos de MC, pero para diciembre la distancia se acortó a 6 puntos; así piensan ganar 11 o 12 distritos, conservar 63 municipio fuera de la Zona Metropolitana, retener Tonalá y recuperar Guadalajara y Tlaquepaque. Además aportarán un millón 600 mil votos a la campaña presidencial de José Antonio Meade.

La izquierda en Jalisco . Alberto Uribe es el coordinador de campaña de Andrés Manuel López Obrador en Jalisco. El estado, dice, será fundamental para ganar la contienda presidencial. Estima que AMLO obtendrá arriba aquí de un millón de votos.

Uribe, quien hasta hace unos meses formó parte del primer equipo de Enrique Alfaro, considera que el impulso de López Obrador y el trabajo de Lomelí pueden darle la sorpresa a Alfaro, cuyo punto débil “es su ego y su confianza de que todo está ganado”.

Morena, en su opinión, se consolidará en el peor de los escenarios como la segunda fuerza estatal y mejorará significativamente la representatividad del partido en Jalisco. Pero, advierte, tras la elección se debe fortalecer la vida interna del partido.

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