En tres estados se registró igual número de ataques a policías, con saldo de tres agentes muertos.

Ayer por la mañana, un comando asesinó a dos custodios del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) Mil de Valle de Santiago, Guanajuato, sobre la carretera Valle de Santiago-Huanímaro, a menos de 400 metros de distancia del reclusorio.

Varios hombres armados interceptaron a los oficiales penitenciarios, quienes se desplazaban en un automóvil Jetta en la comunidad Noria de Mosqueda, donde los abatieron a balazos; después los atacantes colocaron un mensaje al frente del vehículo y se dieron a la fuga.

Minutos antes los custodios habían concluido su turno.

Agentes de Investigación Criminal y peritos forenses de la Fiscalía General del Estado (FGE) levantaron los elementos balísticos, trasladaron el vehículo azul a una pensión y los cadáveres al Servicio Médico Forense (Semefo) de Irapuato.

Este es el segundo ataque que sufren elementos de seguridad penitenciaria en las cercanías del Cereso Mil con saldos fatales.

El penal, clasificado como un centro de reclusión de mediana seguridad, alberga a internos implicados en delitos de secuestros, multihomicidios y otros relacionados con drogas y de competencia federal.

En tanto, un agente de la Policía Investigadora de Coahuila fue asesinado y otro más resultó herido luego de un ataque con arma de fuego acontecido la noche del jueves en el municipio de Múzquiz.

Apenas el 25 de diciembre se había presentado otra agresión a elementos de la Policía Municipal de Frontera, que dejó un saldo de un agente herido.

Y en el municipio de Uruapan, sujetos armados dispararon contra un convoy policial.

Los oficiales pidieron apoyo a sus compañeros para contener el embate en esa zona ubicada a 115 kilómetros de la capital michoacana.

La balacera duró algunos minutos y, a decir de las autoridades municipales, gracias a que llegó pronto el auxilio de más elementos se evitaron policías lesionados.

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