Tijuana.— En esta ciudad nació un santuario. Se trata de un refugio para la comunidad LGBTTTIQ+ que abrió sus puertas a casi un año de que vecinos intentaran quemar el albergue Caritas, que refugiaba a migrantes transgénero, para expresar su rechazo hacia la diversidad.

Justo en junio, el mes que la comunidad celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, el Jardín de las Mariposas abrió las puertas de su segundo hogar. En el primero, iniciaron como un centro de rehabilitación que permitía el ingreso de homosexuales, lesbianas y transgénero, pero que poco a poco también empezó a solidarizarse con migrantes en tránsito.

Jaime, el coordinador y representante legal, recuerda que en el primer refugio el espacio era muy limitado y los servicios precarios. Pero en este nuevo inmueble, de tres pisos, hay cuartos grandes y un gran patio, pero lo más importante: es seguro.

Para Priscila eso es invaluable, tener un lugar digno. Cuando llegó al refugio para migrantes FM4, en Guadalajara, se sintió confundida; antes de que pudiera decir cualquier cosa los encargados ya le habían lanzado un listado de todo lo prohibido para ella. Lo principal: no podía dormir en el área de mujeres ni en la de hombres. Y así, después de escapar de una muerte segura en El Salvador, durante dos noches durmió en el patio del albergue —en un tendido arrojado sobre concreto— a un lado de la pequeña casa de Capitán, un perro callejero con más privilegios que cualquier migrante trans, como ella.

“Como yo necesitaba ayuda tuve que agachar la cabeza y decir: ‘Ok’”, comenta desde el Jardín de las Mariposas, que por ahora alberga a 17 personas. “Me pusieron a dormir con el bendito perro, a la intemperie y me dijeron: ‘Ahí te vas a estar’”.

Priscila dice que si ser migrante ya es un riesgo, identificarse como trans las coloca en un grado mayor de peligro. En El Salvador, por ejemplo, la discriminación y las pandillas prácticamente las orillan a enclaustrarse en el servicio sexual.

Desde 2017 a la fecha, en Tijuana han emergido una serie de refugios que han abierto sus puertas específicamente para la comunidad diversa. Albergues como Casa Arcoíris, Sagrado Corazón y Pro Amore son algunos, en este último el año pasado se registró un incidente en el que vecinos intentaron quemarlo.

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