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Ingresaron a una de las nueve cárceles del estado por diversos delitos, hoy son asesores educativos, perciben una remuneración económica que de acuerdo con el Instituto de Educación para Adultos de Tabasco (IEAT) no rebasa los 200 pesos al mes. Son 11 ciudadanos que apoyan a sus compañeros que quieren terminar sus estudios aún privados de su libertad.

Manuel es uno de ellos, está recluido desde hace cinco años por pederastia; tiene una licenciatura en Sicología y dos especialidades; hace cuatro años decidió sumarse al programa de asesoría educativa para que otros internos puedan aprender a leer y escribir, o en algunos casos terminen y puedan lograr un certificado de primaria o secundaria.

“Me siento muy bien porque aparte de que es algo que a mí me gusta, porque lo estaba desempeñando, es un entretenimiento que yo tengo y no estar esperando que pase el día para que llegue mi salida. Es un apoyo que la persona tiene en ese aspecto; es muy estresante estar esperando que pase el tiempo; mientras menos haces más largo se hace el día”, cuenta a El UNIVERSAL.

Dice que no imaginó que adentro del Centro de Readaptación Social del Estado de Tabasco (Creset) podía ser asesor educativo, “no sabía que podía ayudar a otras personas. Yo antes trabajaba en la Secretaría de Educación (SE), pero tuve un problema familiar”, refiere.

José Manuel asegura que sí hay tiempo para la reinserción y pide a la sociedad no juzgarlos. “La persona que se quiere reintegrar a la sociedad sí lo logra, los seres humanos tenemos la capacidad de reflexionar. Por eso nos piden, antes de salir, el documento donde tuvimos acercamiento con alguna religión o si tuviste acercamiento a la educación”, señala.

“Sí hay reinserción a través de la educación. Yo recomiendo a mis compañeros que se metan al programa, a lo largo de estos cinco años que llevo adentro, además de tener un crecimiento en mis conocimientos, me ha llenado de satisfacción ayudar a los compañeros”, cuenta.

Manuel es uno de los 11 reclusos que están dedicados a impartir clases en los diferentes centros penitenciarios del estado, antes son capacitados por personal del IEAT, organismo que les da una retribución económica menor; de acuerdo con su titular, Martha Osorio Broca, son cerca de 200 pesos al mes y todo depende de los “alumnos” que atiendan, es con base a su productividad.

El maestro Aburto. Otro de los reos que forman parte de este programa es Mario Aburto, asesino material del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, quien se encuentra recluido en el Centro Penitenciario de mediana seguridad, ubicado en el municipio de Huimanguillo.

Arturo Maldonado Pulgar, director General de Prevención y Reinserción Social del Estado de Tabasco, explicó que el objetivo es cumplir con uno de los ejes rectores de la reinserción social, que es la educación, y de esta forma regular en la población penitenciaria los niveles educativos de alfabetización, primaria y secundaria con el Instituto de Educación para Adultos de Tabasco.

“Es dar oportunidades a los reclusos de estudiar en prisión estos niveles y obtener sus certificados de estudios”, enfatizó.

Actualmente en los centros penitenciarios del estado, incluyendo el de menores infractores, hay un total de 344 personas privadas de su libertad que se encuentran cursando uno de los niveles educativos, mientras que 76 reos han llevado a cabo el examen diagnóstico para cursar la primaria o secundaria.

De acuerdo con la Dirección General de Prevención y Reinserción Social de ese total, 70 reos se están alfabetizando, 66 cursan la primaria, 118 la secundaria y 90 están en preparatoria, siendo el Creset donde está el mayor número de personas privadas de su libertad estudiando.

En el año 2016 se entregaron 34 certificados, de los cuales 16 fueron de primaria y 18 de secundaria; en tanto que en 2017 han sido 38 los reos que han recibido su diploma del nivel básico, 17 de primaria y 21 de secundaria, siendo en general 72 reos los que han logrado concluir sus estudios.

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