El penal de Araguato, en Cualiacán, del cual se han fugado siete reos de alta peligrosidad en 16 meses, cuenta con un largo historial de corrupción y un frágil esquema de seguridad.

El último caso se registró la madrugada del domingo, cuando vestidos como personal de vigilancia interna, Julián Grimaldi Paredes, recién reingresado al reclusorio el pasado 29 de mayo, y Carlos Salomón Higuera, devuelto de un penal federal en junio de 2017, huyeron por el pórtico.

En marzo de 2017, con la evasión de cinco reos federales, entre ellos, Juan José Esparragoza Monzón, "El azulito" , operador financiero del Cártel de Sinaloa, quedaron evidenciados los lujos y tratos especiales con los que contaban los reos.

En ese mismo año EL UNIVERSAL obtuvo imágenes de las cámaras de video que se encuentran al interior del penal, en las cuales se puede observar a los reos con teléfonos celulares, consumiendo marihuana y cocaína, con pantallas de plasma en sus celdas, salas y hasta llegaban a contar con visitas de prostitutas.

 

Durante una revisión del penal a raíz de la fuga de "El azulito", se localizaron en los módulos cinco, seis y 21 televisiones de plasma, DVD, 12 juegos de Play Statión, 8 de X-Box y celulares, entre otros equipos.

Al interior de esta cárcel también se han encontrado armas de fuego.

Durante la gestión de Mario López Valdez en 2016, hubo 14 revisiones en las que se localizaron pistolas de tipo escuadra, armas de asalto MP-5, así como cargadores distintos y granadas de fragmentación.

Con información de Javier Cabrera y Jorge Ramos

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