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Del domingo 20 al sábado 26 de agosto, en Guerrero fueron agredidos e intimidados siete comunicadores, de acuerdo con la Asociación de Periodistas del Estado de Guerrero (APEG). La organización ha documentado en los últimos siete meses la agresiones en contra de 29 reporteros en distintos puntos de la entidad. Los agresores, según la agrupación, van desde presuntos criminales, policías y hasta servidores públicos.

Atropellan a informador. Alejandro Guerrero, corresponsal del periódico El Sur en Iguala, lleva tres días en un hospital en espera de ser operado de la clavícula.

La tarde del jueves 24 de agosto, Guerrero salía del estacionamiento de la plaza comercial Tamarindos, propiedad del ex alcalde del PRD, José Luis Abarca Velázquez. Se subió a su motocicleta y comenzó a circular, cruzaba una parte del estacionamiento cuando un carro Seat Ibiza gris se le fue encima y lo impactó de frente. Al reportero no le dio tiempo de esquivar el golpe.

El impacto le provocó lesiones en el tórax, la cabeza, inflamación en el cerebro y una fractura en la clavícula.

El periodista afirma que el ataque fue intencional. Explica que en el estacionamiento no se permite circular en alta velocidad, como lo hacía el carro cuando lo embistió.

Artículo 19 lanzó una alerta por el caso del reportero de El Sur en Iguala. La organización consideró el ataque como un “intento de homicidio”.

Alejandro Guerrero es de los pocos reporteros locales que cubrió de manera cercana el ataque y la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa en 2014.

Denuncian intimidación. El primer caso en los últimos siete días se dio en Copanatoyac, en La Montaña, cuando guardaespaldas del gobernador, Héctor Astudillo Flores, obstaculizaron y agredieron a la reportera indígena nahua Antonia Ramírez, quien intentó acercarse al mandatario para entrevistarlo.

Cuando Ramírez buscaba espacio para llegar al gobernador, los escoltas la tomaron de los costados y después la cargaron para quitarla del paso. También intentaron despojarla de su cámara fotográfica. Cinco días después, en Chilpancingo, el mandatario justificó la agresión al decir que Ramírez no tenía la apariencia de reportera.

El jueves, en Acapulco, el delegado de la Sedatu en Guerrero, José Armenta Tello, le gritó al reportero de La Jornada Guerrero, Roberto Ramírez Bravo, cuando lo cuestionaba sobre la irregularidades en las obras de reconstrucción de los daños por la tormenta Manuel y el huracán Ingrid en 2013.

El viernes, en Taxco, los reporteros Raymundo Ruiz y Claudio Viveros, corresponsales de El Sur y La Jornada Guerrero, fueron intimidados por policías federales cuando cubrían un bloqueo. Los agentes los agredieron verbalmente.

El pasado sábado, en Tlapa, en La Montaña, el comunicador del periódico local, Jonathan Cantú, fue agredido por personal del secretario de Asuntos Indígenas del gobierno del estado, Gilberto Solano Arriaga.

El periodista llegó al evento donde el funcionario entregaba fertilizante, cuando su personal se le abalanzó para impedir que tomara fotografías. Le dijeron que no podía estar ahí porque se trataba de un acto privado.

Ofrecen recompensa. La Procuraduría General de la República (PGR) anunció que ofrece una recompensa de hasta un millón 500 mil pesos a quien proporcione información que ayude a la localización, detención o aprehensión de los probables responsables del homicidio del periodista Cecilio Pineda.

El pasado 2 de marzo, Pineda fue baleado por hombres armados a bordo de una motocicleta en un autolavado, en el municipio de Pungarabato, en la región de Tierra Caliente.

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