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La Talitha Kun es una organización de monjas que, de manera clandestina, lucha para poner fin a la trata de personas, sobre todo de menores de edad, en todo el mundo.
Durante varios años, hubo religiosas que trabajaron bajo las sombras hasta que, en 2009, fueron integradas a este grupo creado por la Unión Internacional de Superiores Generalas (UISG), estableciendo su sede en Roma.
Tomando como base esto, el cineasta de formación católica Rubén Islas imaginó una historia que se desarrolla dentro de un orfanato, en donde una monja lucha por conseguir cuidados adoptivos para niños, al tiempo que enfrenta secretos oscuros de la comunidad.
De ahí nació "Voto final" (Final vow), película que ha interesado en mercados de España, Italia, Alemania, EU y México, donde espera fecha de lanzamiento oficial.
“Estudié siempre en escuelas privadas religiosas de Estados Unidos y todo el día estaba rodeado de monjas. Un día tuve un sueño donde vi a Christina Urias (actriz, Divorce bait) como monja, le llamé y nos reímos, pero comencé a buscar otras historias.
“Encontré que varias han sido mártires; me llamó la atención. Una en específico de un orfanatorio en Latinoamérica donde se adoptaban niñas mayores de 12 años, y eso es difícil. Me hice la pregunta de qué pasaría si una monja, con un pasado duro al que sobrevive, de pronto tiene que salvar a estas niñas”, detalla Islas.
La propia Urias da vida a la hermana Ana María, encabezando un elenco integrado, entre otros, por Luis Gatica, Oscar Torre, Yennifer Behrens y Danforth Comins.
"Voto final" se rodó durante 2022 en un orfanato real ubicado en La Misión, un pueblo del municipio de Ensenada, Baja California.
“Nos dejaron filmar ahí y pude trabajar con la gente del pueblo, donde me abrieron los brazos y se armó una comunidad. Esta es una película dolorosa sobre algo que existe, y de que hay varios reportajes. Lo que me gustaría es que la gente se entere de esto al ver la película y cuando salga, busque en internet qué es Talhita Kun”, destaca el realizador.
Islas, de padres tapatíos, nació en Los Ángeles, pero creció entre las ciudades fronterizas de San Diego y Tijuana. Tiene la doble nacionalidad. Fundó la productora Grandave Capital con el fin de defender lo latino dentro y fuera de la pantalla.
“Siempre nos representan de una forma muy negativa y mucha gente se enoja diciendo por qué Hollywood, pero creo que nosotros tenemos que hacer lo nuestro. La meta es filmar en Los Ángeles y llevar artistas conocidos en México, que tienen mucho talento, pero en que realidad no los conocen bien en Estados Unidos.
“Es tocar temas que en Hollywood no se tocan y enfocarse en personajes femeninos latinos fuertes, con papeles dignos”, subraya.
Entre las películas que ha producido y también esperan fecha de salida se encuentran un documental sobre Romano Artioli, expropietario de las marcas de automóviles Bugatti y Lotus, así como Clay, cinta rodada en Mazatlán, coprotagonizada por la actriz mexicana Karyme Lozano.