El ensamble del musical "" reconoció a sus compañeros del departamento de vestuario, ya que sin su trabajo ellos no podrían lucir en escena tan espectaculares o estar a tiempo a sus entradas; por eso brindaron con ellos por .

“Tengo varios cambios rápidos (en uno, sólo tiene 30 segundos), algunas veces me tengo que cambiar en el foso o atrás del escenario, regreso a mi camerino y mi ropa ya está aquí; así que son indispensables”, explicó Francisco Arrieta, quien es parte del ensamble y acróbata.

Gina Montoya, una de las bailarinas que tiene más cambios de vestuario (ocho en total), explicó que es fundamental que haya mucho respeto entre ellos y los vestuaristas, porque hay mucho contacto físico entre tanto cambio de ropa y ajustes.

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“Son muy respetuosos, siempre es, ¿cómo te ayudo? ¿Qué necesitas? ¿Qué te quito? Somos un gran equipo”, dijo Montoya.

Manos al vestuario

Erika Ávila, jefa de vestuario del musical Querida, explicó que estar al frente de un departamento como este, en un montaje tan complejo, requiere de mucha concentración y organización, debido a que hay muchos cambios a lo largo de la función.

“Nuestro trabajo comienza tres horas antes, los jueves que es cuando se da la primer función de la semana tenemos que recibir la lavandería y la tintorería, checamos una por una las piezas por si hay que coser un botón, cambiar un cierre o resorte, después se reparte a los camerinos, se hace mantenimiento de zapatos y de ropa interior, además de hacer un preset: colocamos vestuario a la derecha o izquierda del escenario o en pasillos, para hacer los cambios rápidos”.

A diferencia del equipo que encabezó la diseñadora Estela Fagoaga, ellas no tienen injerencia en la realización de la piezas, pero sí en su mantenimiento y cuidado. Cuando el vestuario es entregado a su departamento, va con un instructivo donde describe cada pieza, cómo colgarlo, limpiarlo y arreglarlo, al cual llaman “biblia”.

Además de Erika, tres personas más forman parte del departamento de vestuario: Concepción Delgado, Ángel Franco e Itzel Aguilar Martínez, quienes ayudan a los actores y ensamble a sus cambios cuando es necesario; al final del la presentación tienen que revisar nuevamente pieza por pieza y rociar vodka para quitar el mal olor.

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