Marco Antonio Regil es un comunicador muy habilidoso, que destaca por su capacidad para conectar con la audiencia y transmitir mensajes de manera clara y efectiva.
Son públicos algunos de sus compromisos, como el respeto por los animales (es vegano desde 2008), el medio ambiente y la salud mental y financiera. En contraparte, no se le conocen los de índole amoroso.
Él prefiere ser visto por su trabajo, el del showman mexicano por excelencia desde hace 35 años, pero también el conferencista motivacional y el de sostenibilidad.
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En entrevista con EL UNIVERSAL, Regil hace un repaso por su camino que lo aterriza en el programa de concursos Escape perfecto, que estrena hoy por Azteca Uno.
¿Cómo cuidas tu vida privada, ahora con las redes sociales en su apogeo?
—La diferencia es que antes sacaban chismes, ahora yo les doy mis chismes porque yo les cuento todo. En mi podcast y en mis redes sociales comparto todo. Es chistoso porque ahora somos el lugar donde se genera todo. Aparte yo siempre me muestro vulnerable, les muestro todos mis errores y mis defectos, y creo que eso es muy bonito, poder compartirte auténtico como eres y esa es la gran diferencia, que ahora nosotros compartimos nuestra vida privada.
¿Qué tan complicado resulta lidiar con estas preguntas sobre tu vida personal sobre tener pareja e hijos?
—Son gajes del oficio, yo no puedo controlar lo que me preguntan o lo que se dice, yo puedo manejar lo que está en mi vida y me enfoco en lo que hago, en lo que digo, y lo que sucede afuera no lo puedo controlar. Sería estéril, tonto, estarme preocupando, eso es justo lo que no debemos de hacer, eso es lo que nos aleja de nuestros sueños, es lo que nos aleja de ganar dinero, de nuestra felicidad, estar pensando en lo que dicen. Mi foco no está ahí.
¿Tu trabajo llena tu vida?
—Vivo en el presente, si eso (una pareja y familia) se presenta, bienvenido. Si no se presenta, estoy muy feliz conmigo. La relación más importante y la única que tengo garantizada es la que tengo conmigo por el resto de mi vida. Sí tengo relaciones, amigos, amigas, familia, gente a la que amo, compañeros, pero el amor se presenta de diferentes maneras. Si una relación romántica está en el camino pues que venga y si no, igual de feliz.
¿Dónde te ves dentro de 10 años, haciendo qué?
—Me veo siendo muy feliz, voy a seguir con la educación en persona, en línea, en la tele, así como estoy ahorita, simplemente creciendo cada vez más. Tenemos un proyecto de lanzar nuestra propia escuela en línea, porque ahorita tengo cursos en línea, pero en 2024 vamos a lanzar una escuela que no sólo va a tener mis cursos, sino los cursos de otros expertos también y eso es un proyecto para 2024. Me veo haciendo tele, igual dando cursos y talleres en línea y en persona.
¿Cuesta reinventarse?
—Te tienes que seguir adelantando, por ejemplo, yo empecé mis podcast hace 10 años, ahorita ya todo el mundo tiene un podcast, y empezamos cuando nadie entendía la palabra podcast, hicimos el cambio digital desde hace mucho tiempo, entonces, sin saberlo, fue algo bueno. También nos metimos a la educación en línea ya hace un par de años, antes del inicio de la pandemia, cuando no estaba de moda. Siempre tienes que estarte adelantando, adelantando, adelantando.
Conducción, cursos motivacionales y podcast, todo eso es redituable…
—En Internet hay gente que gana miles de millones, en televisión también, son dos mundos completamente distintos, con dos juegos completamente diferentes. Yo he logrado con mi equipo, pues no estoy solo, estar en los dos mundos, y en los dos te puede ir muy bien o muy mal, es como radio y televisión.
¿Has cometido errores en tu vida?
—Muchísimos, errores emocionales, financieros, mentales, de salud, muchos.
¿Hay algo de lo que te arrepientas?
—No me arrepiento de nada porque cuando tomas tus errores como un aprendizaje, ya no son errores, simplemente son lecciones. Si tú puedes transformar, como dicen los budistas, el veneno en medicina, algo que te dolió, algo que te hizo perder dinero, perder una amistad, enfermarte o dañar una relación, si eso lo transformas en una lección de vida y lo usas para construir, ya no fue un error, no hay nada de qué arrepentirse, simplemente hay que agradecer la lección.
Eres defensor de valores ¿qué tan importante es eso hoy por hoy?
—Mucho, porque todos los seres humanos tenemos dolores: lo que más nos duele como seres humanos es que no nos alcance el dinero para salir adelante; trabajar en algo que no amamos, ese es otro gran dolor; perder a algún familiar, el vacío que eso deja en nuestra vida. Son los dolores universales.
Por eso es muy importante dar una educación que no nos dan en escuela, en donde no nos hablan de educación financiera, ni emocional, ni de salud física, mental, no nos dan esas educaciones, que son básicas, nos las deberían dar, pero como no ocurre, las tenemos que buscar.
Ahora que impera la llamada “cultura de la cancelación” ¿te ha preocupado estar del lado equivocado?
—Por cientos de años o miles de años los derechos de la mujer se han reprimido, así que es obvio que cuando hay un movimiento femenino ellas reacccionen muy fuerte o la gente gay, si ha habido por años y años discriminación, o por tu color de piel o tu preferencia sexual o por ser mujer o por tu nacionalidad, es obvio que el movimiento va a ser fuerte.
Es como un péndulo, te vas a ir de la represión a los gritos, a la protesta y luego, con el paso del tiempo, vamos a llegar a un equilibrio, entonces, sí, existe una cultura de la cancelación, hay quienes piensan que es demasiada, pero es normal, no te puedes brincar, no te puedes ir del abuso al equilibrio, tienes que ir del abuso a la protesta, a la cultura de la cancelación y luego con el tiempo lograremos un balance.
¿Cómo se siente tener 35 años de carrera?
—Muy bonito porque estoy sano, tengo vida, tengo salud, tengo inteligencia, tengo el privilegio de estar sano, vivo, aquí seguir vivo cada día y seguir con salud, que es un gran privilegio por el cual siento mucha gratitud.
¿Qué te falta por hacer?
—Nada, estoy muy feliz, si me muero mañana estoy súper contento, satisfecho, lo único que me falta es seguir compartiendo, haciendo más democrática la educación; como digo, el gran problema en México es la falta de educación. No le puedes exigir o pedir a alguien que haga algo que no supo, que no tenía o que no conocía. Por eso entregar educación es precioso porque estamos empoderando a la gente.
"No puedo controlar lo que me preguntan o lo que se dice, yo puedo manejar lo que está en mi vida y me enfoco en lo que hago, en lo que digo”
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ÉXITO PROBADO
Atínale al precio.
Versión mexicana de The price is right, de octubre de 1997 al año 2000.
100 mexicanos dijeron.
Programa de concursos donde dos familas competían contestando preguntas.
Minuto para ganar.
Los participantes competían en desafíos de un minuto, con niveles crecientes de dificultad.