Espectáculos

El regaño de Sara García que se convirtió en la gran lección para Pedro Infante 

El 8 de septiembre de 1895 nació la actriz Sara García, el ícono de la Época de Oro que fascinó al público con su papel de madre y abuela de Pedro Infante

Fototeca EL UNIVERSAL
08/09/2021 |02:10
Reyna Avendaño
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Cada 10 de mayo la actriz recibía una serenata de , para ella era un halago contemplar desde el balcón de su casa al galán del montado en su caballo y con un ramo de flores.

Pedrito le cantaba a todo pulmón “Mi cariñito” , y doña Sarita disfrutaba al máximo esos momentos porque sabía que Pedro la quería como si en verdad fuera su nieto, así lo recordó en una entrevista radiofónica años después de la muerte del nacido en Guamúchil, Sinaloa.

Pedro y Sarita se trataron durante una década, la primera vez que ella convivió con Pedro fue en la filmación de la cinta “Los tres García” , y aunque al final, Pedro se ganó por completo el corazón y la admiración de doña Sara, en un inicio las cosas fueron muy diferentes, pues la actriz tuvo que regañarlo para que llegara puntual a los llamados, pues en más de una ocasión los había dejado vestidos y alborotados mientras él se ocupaba de alguna conquista a bordo de su avión particular.

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“Pedro era un muchacho muy alegre, muy jovencito, muy aniñado, pero mujeriego como él solo; resultaba que nos citaban a los estudios, yo estaba lista desde las nueve de la mañana; en 59 años que tengo de trabajar nunca he llegado tarde a mi llamado, claro, llegaba, me vestía, me ponía la peluca porque en ese entonces no tenía el pelo blanco, entonces me ponía la peluca, claro, la peluca es muy molesta tenerla puesta, y espera y aguarda, espera y aguarda y el muchacho no llegaba, y no llegaba porque andaba de juerga por ahí, como tenía un avión, se iba en el avión con las chicas hasta que le daba la gana de llegar, hasta que un día me cansé, lo llamé y le dije: ‘mijito, venga para acá’”, recordó la actriz en la conversación con el periodista de la XEW Félix Sordo.

Sara García no sólo le dio una regañada, sino una lección de lo que verdaderamente era ser una estrella, y eso tenía que ver con respetar a sus compañeros de trabajo y darlo todo en el escenario; Pedrito pareció entender las palabras de la primera actriz, y prometió nunca más llegar tarde.

El regaño de Sara García que se convirtió en la gran lección para Pedro Infante 

"Los Tres García" en la cartelera de 1947. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

“‘No se crea usted que ser estrella consiste en llegar tarde a los llamados, el ser estrella consiste en llegar a tiempo a su llamado, cumplir con su deber, dar todo lo que usted tiene para halagar al público y salir triunfante hasta donde se pueda, eso es ser estrella, pero no llegar tarde a los llamados’, le dije, entonces me respondió que no lo volvería a hacer; resulta que le di su buena regañada, y me dijo ‘le prometo a usted que no vuelvo a llegar tarde’”, rememoró la actriz.

Ese primer acercamiento con Pedro marcaría el inicio de una entrañable relación entre ambos, así como una gran lección profesional para Infante, pues doña Sarita atesoró en sus recuerdos el día en el que pensó que nuevamente el actor llegaría tarde a un llamado, pues minutos antes de comenzar las grabaciones de “Los tres García”, lo vio lavando su carro muy quitado de la pena.

Sara García estaba segura que el actor no alcanzaría a llegar a tiempo, por lo que tendría que regresar a su casa, sin embargo, su sorpresa fue cuando al llegar a los estudios Infante ya se encontraba ahí, listo para empezar a trabajar. La actriz nunca olvidó como el protagonista de “Pepe El Toro” reconoció en más de una ocasión que gracias a ella aprendió a llegar temprano a su trabajo.

Así lo relató:

“El precisamente vivía aquí a una cuadra de donde tienen ustedes su casa; yo tenía que pasar forzosamente enfrente de su casa para ir a los estudios, que hicimos esa película en los Estudios Tepeyac, allá por La Villa, figúrese usted, de polo a polo; bueno, entonces yo manejaba, pasamos por delante de su casa a la hora, faltando 10 o 15 minutos para el llamado y lo veo con todo el dorso descubierto con una manguera limpiando el coche y le dije a mi hermana ‘este va a llegar tarde otra vez, pero como llegue tarde yo me regreso yo no estoy para esperar a un muchachito que verdaderamente casi empieza ¿no le parece a usted?, entonces seguí mi camino, llego al estudio y cuando llego al estudio me abren la portezuela del coche y me dice ‘a sus órdenes jefa’, ahí estaba ya, ¿por dónde se fue, cómo se fue, a qué velocidad iba? yo no lo sé, pero llegó a tiempo. Y me dijo ‘le juro a usted que no vuelvo a llegar tarde’, efectivamente nunca más llegó tarde, era el primero que llegaba a sus llamados. Y lo decía: a mí la abuela fue la que me enseñó a llegar temprano a mi trabajo”

Sara García fue la inspiración de Pedro Infante

Sara García recordó que cuando se filmó “Los tres García”, Pedro Infante no quería trabajar en la película, el director Ismael Rodríguez y toda la producción estaba desesperada ante la negativa de Pedro, por lo que Rodríguez le pidió a Sara García que por favor intentara convencer a Pedro.

Sarita recuerda que lo intentó sabiendo de antemano que no lograría convencerlo, pues si el propio director lo había intentado sin éxito, ella poco podría lograr.

“Entré a su camerino y le digo: ‘perdóneme, ¿usted es Pedro Infante verdad?, oigame mijo por qué no quiere usted ir a trabajar, yo estoy vestida desde las 9 de la mañana y van a dar las 12 del día y usted no quiere trabajar ¿por qué?. Y me responde: porque yo no soy actor, soy mariachi, y figúrese usted, trabajar con usted, imagínese con usted, trabajar con el señor Orellana, con esas personas tan baqueteadas en esto y yo ahí de principiante, yo no, yo soy mariachi’”.

Ante la negativa de Pedro, Sarita le hizo ver que lo importante era aprovechar las oportunidades y le puso un ejemplo de lo que podía pasar si un día ya no podía cantar.

El regaño de Sara García que se convirtió en la gran lección para Pedro Infante 

Pedro Infante y Sara García, amor de nieto y abuela. 

“Supóngase que usted sale de una fiesta de ir de mariachi como usted dice y le pega un aire y se queda usted ronco, qué pasó, se amoló usted en su carrera mientras que si es usted actor puede usted seguir trabajando, y me responde ‘pues sí, pero yo soy mariachi’. Y le digo ‘no sea usted caprichudo, ¿tiene usted miedo?’, y me responde ‘pos sí, tengo miedo, yo no sé hablar’”, recordó Sarita en aquella entrevista radiofónica a la XEW.

Con el tiempo encima y toda la producción a la expectativa, a Sarita se le ocurrió una idea para hacer sentir más seguro a Pedro, por lo que le propuso tratarse como iguales dentro del set, eso sí, como ella era de mayor edad, se encargaría de señalarle de manera discreta sus errores. Pedro, encantado, aceptó.

“Yo le prometo una cosa, haga usted de cuenta que usted y yo vamos a entrar por primera vez a trabajar al cine, usted es un muchachito y yo soy una muchachita que vamos a empezar, ni soy Sara García, así que vamos a estudiar juntos, usted no me tenga miedo, para que no me tenga miedo yo le voy a hablar de tú y usted me va a hablar de tú a mi, somos dos compañeritos que vamos a luchar por la vida; pero como yo soy más vieja que usted, le voy a transmitir lo que yo sepa, vamos a ensayar todos los días, yo le voy a poner todos los diálogos, vamos a estudiar juntos, verá usted cómo va a ser usted una gran película, porque es un papelón enorme el que usted tiene. Cuando esté usted bien, yo nomás lo guiño el ojo y le cierro así los dos dedos, cuando esté usted equivocado le hago así con el dedo, usted viene y se pone junto de mi y así quedito le digo lo que tiene usted que hacer”.

“Qué bueno, así sí”, respondió Pedro al tiempo que estrechó su mano con la de doña Sara, a quien llamó cariñosamente abuela . La situación no estuvo fácil para Pedro, pues la primera escena que tuvo que filmar fue cuando muere el personaje de Sara García, ya que se grabaron juntas las cintas “Los tres García” y “Vuelven los García”.

La primera actriz, nacida en Veracruz el 8 de septiembre de 1895, narró que mientras se filmaba la escena en la que sus nietos lloraban su muerte, ella aprovechó que su rostro no salía a cuadro, para inspirar a Pedro y decirle palabras dulces, de esta forma, las lágrimas de Infante lograron conmover a todos y se llevó los aplausos.

“Cuando dijo el director ‘corte’ les hice señas a los del staff par que le aplaudieran y todo el staff le aplaudió; el muchacho se fue para arriba, haga de cuenta una inyección, de ahí en fuera el muchacho no me dejaba ni a sol ni a sombra”, relató la actriz.

Sara García, que falleció 23 años después que Pedro Infante tuvo que asistir a su propio entierro en la cinta “Vuelven los García”, pues aunque su personaje de doña Luisa no aparecía como tal, Pedro le pidió de favor que asistiera a las grabaciones, pues la necesitaba para inspirarse; doña Sarita aceptó y se logró un magistral momento.

“La única escena que no tenía era cuando entierran a la abuela, pero me hizo ir al panteón ‘si no va usted no me inspiro’, me dijo, ‘ay condenado muchacho, pero es el único día que no…’ pero insistió ‘si no va usted no me inspiro’. Me tuve que vestir, poner peluca, para que se inspirara, y qué escena sacó el chico, estupenda”.

La repentina muerte de Infante desoló a Sara García, quien lo consideraba un muchacho con un corazón de oro, muy bueno y a quien quería como si fuera su propio nieto, su trabajo en la película “Los tres García” los acercó para siempre e inspiró a Pedro a cantarle cada 10 de mayo “Mi cariñito”:

Cariño que Dios me ha dado para quererlo
Cariño que a mí me quiere sin interés
El cielo me dio un cariño sin merecerlo
Mirando, ay, esos ojitos, sabrán quién es
Con ella, no existe pena que desespere
Cariño que a mí me quiere con dulce amor
Para ella, no existe pena que no consuele
Mirándole su carita, yo miro a Dios

Ay, qué dichoso soy
Cuando la escucho hablar
Con cuánto amor le doy
Este cantar
Ay, qué dichoso soy
Con ella, soy feliz
Viva su vida, mi cariñito
Que tengo aquí
Ay, qué dichoso soy
Cuando la escucho hablar
Con cuánto amor le doy
Este cantar
Ay, qué dichoso soy
Con ella, soy feliz
Viva su vida, mi cariñito
Que tengo aquí.

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