La representante de España en el concurso de Miss Universo , primera candidata transgénero de la historia, y que como tal revoluciona este evento que se celebra el lunes en Bangkok, dice que quiere representar la "diversidad de los seres humanos".

Angela Ponce

, de 27 años, y que trabaja en España en una ONG que defiende a jóvenes que se hallan en el mismo caso que ella, explica a la AFP su recorrido que la ha conducido hasta este certamen.

El concurso de Miss Universo , que celebra sus 66 años, está teóricamente abierto desde 2012 a las personas transgénero, pero nadie había llegado hasta ahora a este nivel del evento.

"A mí no me convirtió en una mujer tener una vagina" advierte Angela Ponce, al explicar que nació como hombre y comentar los planes del presidente estadounidense Donald Trump de definir el género por el sexo de nacimiento.

Trump, antiguo propietario de Miss Universo,

prevé asimismo que se imponga a las personas transgénero hacer el servicio militar, según un documento de la Casa Blanca filtrado en octubre.

"Yo soy una mujer desde antes de nacer, porque mi identidad está aquí", dice Ponce, señalándose la cabeza.

Ser una mujer es una "identidad", explica. "No importa que seas blanco, negro, que tengas vagina o pene".

¿Cómo se siente esta mujer transgénero ante el concurso de Miss Universo? "La responsabilidad que yo siento es que no solamente represento a la mujer española", afirma.

"Represento a mucha diversidad de mujeres, y a mucha diversidad de seres humanos, que se han identificado con mi vida", agrega Angela Ponce, que dice esperar que las sociedades modernas acepten cada vez más a las personas transgénero.

Miss España reconoce haber padecido "prejuicios" y "acosos" pero se muestra esperanzada con un cambio de mentalidad.

"Los niños nacen sin prejuicios, y creo que si se habla con ellos de la diversidad desde que son pequeños... Podemos educar a una nueva generación de seres humanos mucho más tolerantes y respetuosos", dice.

La sudafricana Demi-Leigh Nel-Peters, Miss Universo 2017, entregará la corona a su sucesora de 2018 durante una ceremonia transmitida en directo desde Bangkok a 94 países.

Tailandia, país que acoge este certamen, es conocido por su liberalismo hacia los transgéneros y sus operaciones de cambio de sexo. Por eso representa un claro contraste con los países vecinos, de costumbres mucho más conservadoras, como Birmania o Vietnam.

Pero, tras este aparente liberalismo, Tailandia sigue siendo una nación conservadora, y las personas transgénero tienen dificultades para hallar un empleo estable, si no es en la industria del sexo o del espectáculo.

Hasta 2012, la transidentidad era considerada como una enfermedad mental por el ejército. El cambio de género no siempre es reconocido legalmente, y en los pasaportes queda indicado el sexo de nacimiento.

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