¿Qué piensa hacer Andrés Manuel López Obrador con 357 mil millones de pesos que pretende “ahorrar” del presupuesto actual?

En su libro 2018 La salida. Decadencia y renacimiento de México, el candidato presidencial plantea obtener esta suma del combate a la corrupción en el uso de los recursos públicos, de un plan de austeridad en el sector público y de un paquete de acciones para revisar, eficientar y recortar diversos gastos presupuestales.

Ahora, la pregunta es: ¿hacia dónde irán estos recursos fiscales, según el líder de Morena?

López Obrador plantea que estos recursos servirán para financiar cuatro grandes resortes para el desarrollo: el rescate del campo, el rescate del sector energético, la generación de empleos y la implementación de un Estado de bienestar.

Después de describir lo que llama la devastación del campo y su urgente rescate para fortalecer las actividades productivas y el bienestar social de casi 6 millones de hogares rurales, AMLO propone: 1. Un programa integral de fomento agropecuario con especial énfasis en los pequeños productores rurales. 2. Fortalecer la economía de autoconsumo, otorgando crédito a la palabra y apoyo técnico a los campesinos. 3. Establecer un sistema de precios de garantía para productos básicos y estratégicos con un programa de compras gubernamentales, buscando la autosuficiencia en alimentos básicos. 4. Un programa para el rescate del sector cafetalero. 5. Federalización y revisión de los recursos para el campo evitando la concentración de subsidios en unas cuantas grandes empresas. 6. Mayor inversión en infraestructura rural e incremento de créditos desde la banca de desarrollo y comercial. Buscará elevar el presupuesto agropecuario a 50 mil millones de pesos. 7. Fortalecer los centros de investigación agropecuarios del país. 8. Una política de aprovechamiento racional de los recursos naturales y de desarrollo ambiental, particularmente en el manejo del agua. 9. Evitar prácticas desleales de comercio internacional en materia de alimentos.

En lo concerniente al sector energético el planteamiento de López Obrador es claro: revertir —mediante plebiscito— la reforma energética para devolver al Estado “el dominio exclusivo sobre el petróleo y la industria eléctrica”. Además, “es urgente detener —dice AMLO— la sangría por los onerosos subsidios a empresas eléctricas privadas y la salida de divisas para la compra de gasolinas y otros derivados en el extranjero”.

En lo que llama “el rescate energético”. propone: 1. Limpiar a Pemex de la corrupción. 2. Frenar la sobreexplotación de los yacimientos sin reponer reservas. 3.Invertir en exploración. 4. Construir refinerías en Dos Bocas, Tabasco, y Atasta, en Campeche, así como reconfigurar las de Salina Cruz, Salamanca y Tula para dejar de importar gasolinas y diesel. 5. Reducir la compra de energía eléctrica, que implica una erogación de 60 mil millones de pesos anuales entre subsidios y ventas. 6. Apoyar el desarrollo de energías renovables. 7. Invertir 80 mil millones de pesos adicionales a los actuales en Pemex y CFE.

Los programas de reactivación de la economía para generar millones de empleos es el corazón del plan económico de López Obrador. Para ello plantea una inversión pública adicional de 220 mil millones de pesos. Esta inversión se orientará a un millón de acciones de mejoramiento, ampliación y construcción de viviendas, de obras y servicios públicos, de nuevas carreteras, de la construcción de un aeropuerto internacional en la base aérea de Santa Lucía con lo que se cancela el actual proyecto del AICM en el lago de Texcoco, la construcción de un corredor ferroviario, carretero y comercial de 300 kilómetros en el Istmo de Tehuantepec, así como la construcción de trenes de alta velocidad entre la Ciudad de México y la frontera norte del país.

En el afán de impulsar a las pymes, López Obrador plantea la conversión de la Secretaría de Economía en una de Fomento a las Pymes con un presupuesto de 10 mil millones de pesos adicionales y con la implementación de programas de créditos, energéticos e impuestos baratos.

También AMLO plantea la creación de una zona libre en la frontera norte del país que incluye la reducción del IVA e ISR, precios de combustibles y electricidad homologados a los estadounidenses, traslado de las aduanas a 20 kilómetros al interior del país y la creación de infraestructura de desarrollo a lo largo de la frontera.

Para mejorar el poder adquisitivo de la gente, el candidato de Morena propone aumentar el salario mínimo e incrementar el salario de los burócratas de base en tres puntos anuales por encima de la inflación con un costo de 33 mil millones de pesos al año.

En cuanto a los jóvenes, López Obrador promete atender a 300 mil estudiantes con becas de 29 mil pesos anuales, además de ofrecer trabajo a 2.3 millones de jóvenes bajo programas de empleo como aprendices en empresas privadas y públicas.

Pero eso no es todo. El Estado de bienestar es un puntal de López Obrador. Se propone erradicar el hambre, establecer la pensión universal para los adultos mayores, aumentar al doble las pensiones, asegurar la gratuidad de la educación en todos su niveles y de la salud, así como apoyos desde el Estado a quien lo requiera. Y la lista continúa.

Creo que el plan económico de López Obrador hace agua en esta segunda parte. Coincido con su planteamiento sobre la corrupción, la austeridad y la reorientación del gasto público. Incluso en la identificación de algunos de los resortes para el desarrollo. Pero su plan económico basado en un Estado fuertemente paternalista es utópico e inconveniente para el país.


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