Lo que no fueron capaces de hacer autoridades mexicanas, lo hizo más bien en España la Fiscalía Anticorrupción: Humberto Moreira Valdés, ex dirigente nacional del PRI y ex gobernador de Coahuila (famoso por su afición y habilidad para el baile) fue detenido ayer en uno de sus frecuentes ingresos a ese país y acusado de “cohecho, blanqueo de capitales y asociación criminal”, entre otros delitos, luego de que autoridades españolas documentaron transferencias bancarias de cientos de miles de euros (cientos de millones de pesos) hechas por el ex gobernante mexicano que ayer mismo ingresó a prisión sin derecho a fianza.

A pesar de que Moreira fue señalado en México desde 2012 por el desfalco en la contratación de deuda pública por 35 mil millones de pesos al gobierno de Coahuila, utilizando documentos falsos para obtener créditos bancarios, la administración del presidente Enrique Peña Nieto nunca lo investigó formalmente ni lo acusó de ningún delito, aún cuando hubo evidencias y acusaciones de corrupción por el desvío de fondos federales en su gobierno. Incluso, en Estados Unidos, en una corte del estado de Texas, hay abiertos procesos judiciales en los que se señala al ex gobernador, a su ex secretario de finanzas Javier Villarreal y al empresario coahuilense Rolando González Treviño, de formar una red de corrupción que se dedicó a sacar del país “fondos que eran robados, convertidos o tomados bajo fraude al momento de la transferencia, del estado de Coahuila, y transmitidos desde México hacia Estados Unidos”.

Las acusaciones del juez español Santiago Pedráz se basan en investigaciones de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía y, aunque son similares a los delitos por los que Moreira y varios de sus colaboradores ya habían sido acusados en Texas, la Fiscalía Anticorrupción aclaró que el proceso en España es independiente a los de otros países y se refiere sólo a operaciones financieras del ex dirigente priísta en bancos españoles con dinero de procedencia dudosa.

Mofa al Presidente y golpe al PRI. Al anunciar ayer la detención de Moreira Váldés en el aeropuerto de Barajas de Madrid, llamó la atención que la Policía Nacional utilizara en su tuit el hashtag #misióncumplida, generado en México cuando el presidente Peña Nieto utilizó esa expresión para anunciar la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán el pasado 8 de enero en Twitter. “Detenido en Barajas Humberto Moreira por orden de Fiscalía Anticorrupción. Esta tarde pasa a disposición de Audiencia Nacional. #misióncumplida”, dice el mensaje de la policía española, que parece aludir irónicamente a la expresión utilizada por el Presidente de México.

Ayer en las redes sociales el hecho fue interpretado como una “burla” al gobierno mexicano que nunca investigó las acusaciones contra este político priísta.

Porque más allá de ironías, la detención y el encarcelamiento de Humberto Moreira es un duro golpe desde el exterior a la corrupción en México, al PRI y al gobierno de Peña Nieto. Fue el ahora Presidente quien apoyó e impulsó al coahuilense para que se convirtiera en dirigente nacional de su partido en marzo de 2011, luego de dejar inconcluso su sexenio en Coahuila. Además Moreira condujo el proceso de sucesión en el que Peña fue proclamado, en noviembre de aquel año, “candidato presidencial de unidad” y la relación entre el entonces dirigente y el candidato fue estrecha.

Sin embargo, la figura de Morerira llegó a cobrar tanta notoriedad en los 9 meses que duró al frente del PRI, por su estilo carismático, franco y dicharachero, que el líder priísta despertó temores en el grupo mexiquense que rodeaba al candidato presidencial, que vio con recelo la popularidad creciente del coahuilense, que fijaba agenda y brillaba en los medios.

Desde el equipo de precampaña peñista se mandaron a hacer encuestas y los resultados confirmaron sus temores: la imagen y niveles de conocimiento de Humberto crecían peligrosamente y amenazaban con opacar al ya candidato a la Presidencia. Fue entonces cuando, desde la Secretaría de Hacienda del gobierno de Felipe Calderón, a cargo entonces de José Antonio Meade, amigo cercano del coordinador de la campaña priísta, Luis Videgaray, se filtraron documentos, datos y cifras sobre el “endeudamiento excesivo del gobierno de Coahuila” bajo la administración de Moreira.

La exhibición de documentos de Hacienda falsificados por la Secretaría de Finanzas de Coahuila sobre recursos federales comprometidos, sumado al crecimiento exhorbitante de la deuda estatal, detonó un escándalo de proporciones mayúsculas que terminó con la renuncia de Moreira a la presidencia del PRI el 2 de diciembre de 2011. El equipo de campaña se sacudía así a un dirigente incómodo y en el país iniciaba la discusión sobre el endeudamiento discrecional de gobernadores que a la postre derivó en la Ley de Deuda Pública para Estados y Municipios, aprobada por el Congreso el año pasado para limitar la contratación de deuda local.

Pero ni el escándalo ni las evidencias de corrupción y desvío de miles de millones de pesos en Coahuila, hicieron que el gobierno de Calderón ni después el de Peña Nieto investigaran a fondo al ex gobernador, que más bien fue protegido y “becado” para irse a estudiar una maestría a Barcelona, donde tuvo un exilio dorado desde 2012. Pero ayer ese exilió se convirtió en pesadilla para el político bailarín que desde anoche está preso en tierras ibéricas. Para Humberto Moreira puede ser su último baile y para Peña Nieto y el PRI una burla que golpea de lleno la credibilidad del gobierno priísta.

Joaquín se aleja del PRI. ¿Ruptura en Quintana Roo? Los esfuerzos de Manlio Fabio Beltrones para que su partido salga totalmente unido de la selección de candidatos a las gubernaturas de este año podrían tener una escandalosa excepción en Quintana Roo, donde la cerrazón y terquedad del gobernador Roberto Borge Angulo está a punto de ocasionar un rompimiento en el PRI estatal. Y es que la manera obsesiva con que Carlos Joaquín González, fue golpeado y marginado durante todo el proceso interno por Borge, ya provocó que el ex subsecretario de Turismo se acercara a otros partidos que lo han buscado para ofrecerle la candidatura al gobierno estatal.

Se sabe que el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano han buscado con insistencia a Joaquín en varias ocasiones y esta semana al medio hermano de Pedro Joaquín Coldwell se le vio reunirse en el restaurante de un hotel de Polanco con Jaime Rodríguez El Bronco, pues el gobernador de Nuevo León pretende jalarlo al “movimiento independiente”, en el que también podría contar con el apoyo del alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, y del jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, para que Carlos Joaquín vaya como “candidato ciudadano” en Quintana Roo.

El problema para el PRI es que el apellido Joaquín es una marca en Quintana Roo y una ruptura de ese nivel pondría en riesgo la permanencia del priísmo en el poder. La última afrenta orquestada por Borge y su operador Ulises Ruiz fue el 28 de diciembre pasado, cuando convocaron a todos los aspirantes a la gubernatura a una reunión en un hotel de Chetumal, todos menos Carlos Joaquín fueron invitados a ese encuentro donde les hicieron firmar un “pacto por la unidad estatal”. Veremos si Manlio Fabio puede evitar el rompimiento del priísmo quintanarroense, pero, de entrada, parece que al menos uno de los Joaquín se va contra el PRI.

Notas indiscretas… A propósito de los candidatos en los estados, anoche el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que preside el magistrado Constancio Carrasco, rechazó la impugnación de militantes del PAN en Tamaulipas, que se oponían a que el Consejo Estatal designará al candidato a la gubernatura por ese partido. Con este fallo, que revisó los derechos políticos y validó los estatutos panistas, el Tribunal prácticamente avaló la designación del senador Francisco García Cabeza de Vaca, quien a partir de esto podría ser designado candidato único del PAN en Tamaulipas. Al mismo tiempo se abre la posibilidad de otras dos alianzas entre PAN-PRD, pues los perredistas podrían apoyar a Cabeza de Vaca en Tamaulipas, a cambio de que el panismo apoye a un candidato del PRD en Hidalgo… Será el sereno, pero al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, la suerte parece sonreírle tras su turbulento inicio de administración. La liberación de 21 secuestrados en Arcelia, la madrugada de ayer, le cayó como anillo al dedo al gobernador, que ya veía venir un nuevo Ayotzinapa. Y es que el grupo delincuencial que “levantó” a los 21 pobladores finalmente decidió liberarlos, lo que evitó una operación de fuerza. Si a eso se añade el espaldarazo y apoyo que esta misma semana fue a darle el presidente Peña Nieto hasta Acapulco, parece que a Astudillo la suerte comienza a sonreírle. Ojalá los guerrerenses puedan decir pronto lo mismo… Los dados cierran su primera semana de 2016. Doble Escalera.

sgarciasoto@hotmail.com

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