De septiembre de 2004 a febrero de 2011, Hugo Rosales Badillo fue uno de los colaboradores más cercanos de los gobernadores de Durango, Antonio Herrera Caldera e Ismael Hernández Deras. Desde entonces a la fecha despacha como abogado particular.

Durante más de una década ha sido señalado —en medios locales y nacionales— como presunto responsable de operar secuestros y ejecuciones. Sin embargo, durante todo ese tiempo ninguna autoridad ha podido probar ninguna de las imputaciones.

En apego a su derecho de réplica, Hugo Rosales Badillo dijo a Itinerario Político que es víctima de calumnias, que las acusaciones en su contra son infundadas y que tiene elementos de prueba suficientes para demostrar que su carrera y su fortuna son limpias.

Uno a uno, Rosales Badillo desmintió los señalamientos que lo imputan y explicó que incluso su trayectoria le ha permitido estar cerca de candidatos opositores al PRI como José Rosas Aispuro —postulado por la coalición PAN-PRD en Durango— y del priísta Alejandro Murat, candidato al gobierno de Oaxaca, quien tiene todo para alcanzar la victoria, luego de que los opositores del PRD y del PAN se fragmentaron a causa de sus disputas internas.

“Soy inocente”, dijo.

También desestimó la orden de aprehensión en su contra —solicitada el 30 de diciembre de 2014 por la agente del Ministerio Público de Durango, María Fernanda Coldivar por el delito de secuestro agravado— y que nunca fue cumplimentada, según la “averiguación previa A.P-067114/2010”, en poder de la PGR. Si no se cumplimentó esa orden de aprehensión “es porque estoy limpio”, dijo el también abogado Rosales Badillo.

En esa ocasión fueron detenidos Erika Guzmán Rojas y sus dos presuntos cómplices, Amado Núñez Meza, El M11, y Amado Rosales Núñez, El Lentes, como presuntos responsables del secuestro y muerte de uno de los hijos del empresario David Avitia Torres.

Más de la historia, en otro momento.

Al tiempo.

EN EL CAMINO. Y a propósito de Oaxaca, los astros amarillos se alinean a favor del candidato del PRI, Alejandro Murat, quien frente a la elección para renovar el gobierno estatal tiene un escenario inmejorable. Más aún, parece que en Oaxaca tanto el PRD como el PAN hacen todo para que el gran ganador sea el aspirante del PRI.

Para empezar, fracasó la alianza PAN-PRD. Pero lo más interesante es que en las filas de los amarillos se produjo la versión moderna de “la multiplicación” de los candidatos. Resulta que el gobernador saliente de Oaxaca, el cuestionado Gabino Cué, impuso a su delfín, José Antonio Estefan Garfias.

Gabino Cué está alineado con su jefe político, Diódoro Carrasco, el ex gobernador de Oaxaca y ex secretario de Gobernación. Pero a su vez, Carrasco es el secretario de Gobierno de Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla. De esa manera, los intereses del precandidato presidencial poblano se impusieron en Oaxaca, en donde el líder nacional del PRD no pudo ni meter las manos.

Frente a esa crisis, el PRD se partió en tres. Una parte está con Estefan Garfias, que será impulsado por el PRD. La segunda se fue con Morena, con Salomón Jara, y la tercera, el senador Benjamín Robles, será candidato del PT.

En pocas palabras, que el PRI en Oaxaca puede no hacer campaña, mientras que sus adversarios de la derecha y la izquierda se hacen pedazos, atomizan el voto y con sólo la militancia del llamado voto duro tricolor, Alejandro Murat ya es gobernador. Ver para creer.

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