Hoy publica el PRI la convocatoria de su Consejo Político Nacional para elegir a quien será su nuevo presidente y el lunes, a las once de la mañana, registrará al director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Enrique Ochoa Reza, como candidato de unidad.

La sorpresa de la militancia tricolor ha sido mayúscula. El funcionario no tiene una trayectoria partidista reconocida ni arraigo entre las bases. Hay registros de que milita en el PRI desde 1991, sin que haya desempeñado funciones dentro del partido, ni ocupado cargo alguno de elección popular.

Su vida política está más vinculada a cargos en la administración pública. La inició en 1997, cuando a los 25 años se desempeñó como asesor del entonces secretario de Energía, Luis Téllez, inmediatamente después de graduarse como economista en el ITAM.

Dos años después partió a Nueva York a estudiar una maestría en Ciencia Política en la Universidad de Columbia. De acuerdo con una investigación periodística publicada hace dos años por Reporte Índigo, combinó sus estudios con inversiones y negocios, pues el primer día de 2000 —asegura la publicación— adquirió 76 placas de taxis en la ciudad de México y 28 más en Monterrey. Su flotilla ha crecido con el paso de los años.

El perfil público que Ochoa Reza tiene registrado ante el Woodrow Wilson Center en Washington, Estados Unidos, da cuenta de que estudió otra maestría en Nueva York, ésta en Filosofía Política, que concluyó en 2002 y un doctorado en Ciencia Política que debía concluir en 2008, pero que no terminó, pues regresó a México dos años antes.

Para entonces había crecido el negocio de los taxis, lo que le permitió satisfacer su gusto por las obras de arte. Reporte Índigo aseguraba el 20 de febrero de 2014 que desembolsó 5.6 millones de dólares a la casa de subastas Christie’s, a cambio de una pieza de Frida Kahlo. Hoy su colección de arte es famosa en el medio artístico de nuestro país y es conocida como la colección Enrique Ochoa.

Un año después, Ochoa se convirtió en profesor de la UNAM y su declaración patrimonial da cuenta de que el todavía director de la CFE y próximo presidente del PRI fue nombrado en 2009 director del Centro de Capacitación Judicial Electoral, dependencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; y que en 2012 fue secretario particular de Maricarmen Alanís en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Director de la CFE desde el 5 de febrero de 2014, Ochoa Reza es un político vinculado, de cabo a rabo, al secretario de Hacienda, Luis Videgaray. Ese es el grupo político que llega al PRI con la bendición del presidente Peña Nieto.

Los priístas de cepa no auguran nada bueno con esta designación. Incluso aseguran que hasta los más grises presidentes del tricolor (Pedro Ojeda Paullada, Jorge de la Vega o María de los Ángeles Moreno, por mencionar sólo a algunos), se verán como grandes ideólogos frente a lo que esperan sea un muy mal desempeño de quien el lunes tomará las riendas partidistas sin trayectoria en él y con claras evidencias de un desempeño en el que ha convivido la administración pública con el negocio privado.

La designación, por lo demás, es una respuesta a Manlio Fabio Beltrones quien, con su renuncia y sus comentarios respecto a la responsabilidad que un gobierno tiene para que su partido sea bien reconocido y bien votado, puso en evidencia y abrió un boquete a Peña Nieto y a su grupo cercano.

Beltrones, a no dudarlo, ya debe estar operando. No se va a quedar cruzado de brazos. Vienen procesos electorales muy importantes, como el del Estado de México y el PRI, aseguran sus seguidores, que son muchos, no puede sacudirse con personajes como Ochoa Reza la imagen de corrupción que ha cosechado a lo largo de su historia.

Por eso le digo que el PRI parece estar encaminado en la ruta de la escisión.

rrodriguezangular@hotmail.com

@RaulRodriguezC

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