Ni ahora ni nunca lo aceptarán abiertamente el presidente Peña Nieto y sus secretarios Osorio Chong y Nuño Meyer, pero desde la semana pasada se discute ya un replanteamiento de la reforma educativa.

No será, por supuesto, su abrogación, exigencia extrema del magisterio disidente; pero sí un ajuste en los procesos de evaluación y castigo, lo que prácticamente quedó aceptado la madrugada de ayer en la mesa de diálogo de Gobernación, según confirmó esta columna con dos participantes del encuentro.

Y es que no se entendería de otra forma el acuerdo que, según Osorio Chong, abre el camino a la distensión y a un pacto duradero “en favor de la tranquilidad, la gobernabilidad y la estabilidad”: la instalación de tres mesas de negociación: una política (hoy 13 de julio), otra sobre educación (el lunes 19 de julio) y una más de carácter social (el miércoles 21 de julio).

Se inicia con la mesa política, que fue la vía por la que afortunadamente se decantó el Estado después de los muertos de Nochixtlán y el ultimátum de Osorio. En lo político, pues, no hay de otra para el gobierno de Peña Nieto: asimilar el menor de los daños, que es el que incide en su imagen y proyecto, en lugar de arrastrar las consecuencias del mayor, que es el de la represión, los muertos y el mayor debilitamiento de las instituciones del Estado.

Así, con la negociación política por delante, ya se ven las primeras señales de distensión: el traslado de Hermosillo a un penal de Oaxaca, apenas concluida la mesa de diálogo, de los dirigentes sindicales de la Sección 22, con miras a una probable liberación; y el levantamiento de todos los bloqueos de Chiapas, no obstante que se mantienen los de Oaxaca.

Una regla no escrita sugiere que en la política mexicana lo que parece es. Y en este caso, lo que parece es que ha iniciado un proceso de revisión, aunque el propio Osorio Chong haya declarado ayer que la reforma educativa no está ni estará en negociación con la CNTE, “no está en el documento que les firmé”, dijo en entrevista radiofónica.

Pero la instalación de una mesa educativa lo contradice. Que se debata sobre el tema es el reconocimiento de que debe haber ajustes y abrir a consulta nacional el modelo educativo que requiere el país. Es la aceptación, en suma, del limitado alcance de la reforma administrativa-laboral en la materia, empujada por el gobierno y aprobada por el Congreso, como parte del acuerdo cupular denominado Pacto por México.

La aceptación de caminar por la vía de la revisión de la reforma, era la única opción que le quedaba a un gobierno acorralado en la nada grata disyuntiva de pasar por blandengue (al negociar, como lo está haciendo) o represor (como lo hizo en principio, pero que afortunadamente se desistió, por lo menos hasta ahora).

Una manera que encontró el gobierno para explorar esa alternativa y quitarse la presión de quienes le exigen quitar a palos los bloqueos y reventar con la fuerza pública los plantones, fue fabricar la rebelión del sindicato (SNTE). Éste ha caminado de la mano de la SEP en la promoción de la reforma educativa, pero la semana pasada le recomendó a las autoridades revisar los mecanismos; Nuño y el líder sindical Juan Díaz de la Torre organizaron sus propias mesas de diálogo, bastante desairadas por cierto.

Lo que está a la vista no es una contrarreforma, como quieren hacer ver los dogmáticos defensores de la reforma Peña-Nuño; es una revisión necesaria, de cara a lo verdaderamente importante: un modelo educativo de calidad e incluyente.

INSTANTÁNEA. 1. CUADROS. Si la reestructuración que pretende el PRI va verdaderamente en serio, debe rescatar cuadros que garanticen operación política y victorias. No todos los gobernadores del PRI salieron tan mal evaluados ni dieron malos resultados electorales en sus entidades. La nueva dirigencia tendrá pendiente revisar quiénes ganaron con amplio margen tanto las gubernaturas como las mayorías de sus respectivos congreso locales.

2. QUÉ NOS PASA. Recuperemos a un clásico: “los derechos humanos son para los humanos, no para las ratas”, decía la propaganda el ex gobernador del estado de México, Arturo Montiel. Podríamos agregar que tampoco son para los primates, porque ahora resulta que la CDHDF va investigar la muerte de un gorila. Pobre Bantú, cierto, pero ¿qué nos pasa?

rrodriguezangular@hotmail.com

@RaulRodriguezC

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